viernes, 23 de diciembre de 2016

Navidad en África y en el mundo

El texto siguiente es de Mons. Aguirre, obispo de Bangassou. No tiene desperdicio. ¡Ojalá Navidad no se limite a poner belenes, luces; cantar villancicos y organizar cenas suculentas! El mundo necesita que Navidad sea una oportunidad de pensar en aquellos que nacen en las condiciones del niño de Belén; que emprenden viajes peligrosos como refugiados o inmigrantes sin rumbo; que crecen bajo los ruidos de bombas o con hambre en la barriga; que gritan en el vacío sin que nadie les escuche porque nuestros oídos están tapados por el egoísmo. ¡Feliz Navidad!
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Desde Bangassou: Feliz Navidad

En el despacho del colegio, preparando ya unas navidades calurosas típicamente africanas, veo el mapa mundi que la hermana Ana tiene en su mesa. Pienso que basta con pasar un dedo sobre él y darle comba para comprender que las navidades serán diferentes en muchos rincones del mundo, que las bombillas de colores que vemos desde la tele alumbrándose en  Washington, el Taiwán o en Sao Paolo no existirán en miles de zonas del globo entre otras cosas porque allí no hay ni bombillas, ni electricidad, ni tele. Paso mis dedos sobre cordilleras y mares y pienso que muchas de las navidades de países con mucha renta per capita, serán navidades de fiesta y pandereta pero, al mismo tiempo, impregnadas de miopías porque ignorantes de que  en tantos pequeños sitios del globo están con el agua al cuello, hundidos en el fango o en fase terminal.
Paso mis yemas por  las aguas del Mar Mediterráneo, y pienso en aquellos a los que les toque estar pasando sus negruras en la noche del 24. Navidades negras. Ahora que nuestro Mar se ha convertido en cementerio para más de 5.000 personas, sus aguas ya no son tan azules, sus olas traen presagios de tristeza y la sal de su vientre se ha vuelto sosa. La muerte acecha allí cada día. Como dice la canción de Dylan: "¿cuántas muertes habrán aún de llegar antes de darnos cuenta de que han sido demasiadas?" Millares de refugiados ponen sus ganas de una vida mejor arracimados en pateras de fortuna. Pero esta esperanza se escapa como la sal mojada entre los dedos porque nuestro mar continúa a coleccionar muertos en sus entrañas. Así cada día, desde hace muchos. Sea Navidad o no. Navidades saladas de muerte por mucho que cante Serrat su preciosa canción. Propongo que en cada hogar se deje un espacio vacío en recuerdo de tanta pobre gente, que ha perdido  la vida tan cerca de nuestras playas y tan lejos de nuestros corazones. Navidades gélidas para los que consiguieron  llegar a las playas o fueron rescatados en alta mar, y a los pocos meses se les devuelve (¿en caliente?, ¿en frío? ¿en templado?, ¡vaya eufemismo!) a sus países de origen. Haber vencido a la brutal y onerosa travesía no les ha servido de nada. ¡¡Sus sueños rotos en mil pedazos!! ¿Cuántos oídos más deben tener en Estrasburgo para poder escuchar el grito de los pobres?
Mi dedo se aleja hacia el Líbano y luego  Siria, Alepo, ¿qué navidades van a vivir allí? Los hermanos maristas tenían un orfanato en el barrio ocupado por la guerrilla. Navidades heroicas. Los hombres de la Cruz blanca (musulmanes) no dan abasto con sus ambulancias para sacar gente de entre los escombros, niños desfigurados, familias desmembradas... Hay escuelas que se han hundido sobre los alumnos machacándolos a todos. Navidades de polvo en Alepo. De funerales infantiles. De caminos áridos para aquellos que dejan Siria, de espanto intravenoso para los que emigran por el desierto, buscando asilo en Turquía, huyendo de los criminales del Daes. Esos que invocan el nombre de Allah en vano, un Dios que no es cómo ellos nos lo quieren hacer ver. Esos que ponen a Dios como pantalla de sus crímenes. Navidades de idolatría.

Bajo mi dedo, descabalgo el mágico desierto de Argelia (navidades de arena), de Tamanrasset lleno a reventar hasta ayer de gente apresada en ciudades argelinas y devueltas "manu militari" en autobuses a la linde del desierto para que se pudran allí: navidades sin alma, navidades de vergüenza ajena. Dejo la Argelia del hermanito Carlos de Foucault (¡un siglo de su martirio!) y pongo la yema  (y me quemo) en el norte de Nigeria sobre los miles de personas sometidas por el Boko Haram, niñas raptadas, pueblos carbonizados por el horror. El Boko Haram nació hacia 2002 en una etnia del norte de Nigeria, los Kanuri, en aquellas fechas "indignados" por la pobreza en que los tenía sometidos el gobierno su país. El predicador Mohamed Yussuf caldeó tanto el ambiente que sus huestes son lo que son hoy: criminales sin escrúpulos. Busco con la mirada la ciudad de Djakana, 40% cristiana no obstante los kamikaces, los secuestros, las brutalidades de los radicales. Allí, durante la cuaresma de febrero pasado, la gente estaba rezando el Viacrucis, cuando en la 7ª estación ("Jesús cae por segunda vez"), una niña kamikaze drogada se hizo estallar en el mercado. La séptima estación los salvó esta vez y hoy vivirán una navidad de milagro, nunca mejor dicho.
En Centroáfrica serán navidades calientes. Grupos rebeldes musulmanes se baten entre ellos desde hace semanas. Guerra por el poder, por el control de la guerrilla. Con el "Incha Alláh" en la boca, nada más se acercan los unos a los otros saltan chispas. Navidades tensas, cargadas de miedo y de violencia, de obuses y de metralla, que traen su aliento fétido hasta las puertas de Bangassou. Los rebeldes están a 70 kms de nosotros. Miles de civiles han llegado a la misión de Nzacko (tengo allí dos curas) huyendo de la quema en el norte de Bambari. Hace 20 días los Ngoula y Runga (etnias musulmanas del norte de Centroáfrica armadas por el gobierno del Chad, ahora radicalizadas, también ellos antiguos "indignados"), atacaron a otros musulmanes radicales en Bria, mataron a un centenar de hombres y a su comandante, al que cortaron la cabeza colocándola sobre una pica a la entrada del mercado. Selekas contra Selekas. Parece como si el nuevo presidente de Centroáfrica lo fuera solamente de la capital Bangui. En el resto, los señores de la guerra se  dividen el país a su antojo, oprimen y roban en los 500 kms de la pista de selva que lleva hasta Bangassou, 500 kms de electricidad comprimida como en la punta de esas pistolas eléctricas de los vigilantes profesionales; justamente la pista por donde tendrán que atravesar, dentro de unos meses,  dos contenedores preparados desde Córdoba, con tanto cariño, con leche en polvo, neumáticos, comida, placas solares, ropa y calzado para los huérfanos y mil cosas más. Hasta que lleguen, serán unas navidades muy inquietas cuya sombra se alargará hasta bien entrado 2017.
Vuelvo con mi dedo a Europa. Navidades sísmicas en el centro de Italia, allí donde las fuerzas de la tierra parece que se han enfurruñado con las obras de arte, las Iglesias y todas las construcciones. Navidades pasadas por agua por las inundaciones en Andalucía, navidades de lluvia, "porque el tiempo está loco", en Centroamérica y en muchas zonas del planeta, navidades de terremoto en Haití o en Japón, de dolor (o contento) en Cuba, navidades solitarias en tantas habitaciones de la tercera edad, navidades serenas y alegres en tantas familias de bien unidas cada año por la quieta alegría de juntarse otra vez. Navidades de pavo con patatas, mazapán y champán español.

Navidades cainitas en el Sud Sudán (hay 10.000 sudaneses huyendo de la guerra en mi diócesis), o en Yemen donde el 4 de marzo pasado, milicias chiitas radicales asesinaron a 4 misioneras de la Caridad. Navidades tristes en casa de la misionera catalana Isabel Solá, asesinada también ella en Haití el pasado 2 de septiembre. Navidades de gozo y esperanza en los millones de "buena gente" repartida por el mundo.
En muchas capillas de selva, en decenas de países de África y también en miles de pueblos de selva en Perú, Colombia o Ecuador, sin luz ni contaminación, serán navidades de oración, de estupor, (en África no hay "comida" de Navidad ni botellón posterior). De ingenuo asombro al descubrir que "Dios salva" (Jesús) muestra su rostro no como un tiburón de las finanzas o un vencedor de guerras sino como un niño frágil, con sed de teta, en las manos de María y bajo la protección de José. Los cristianos cantarán para el Príncipe de la Paz el "Gloria in excelsis Deo" a su manera y caerán rendidos de puro cantar. Muchos niños, dormidos como lirones, liados a la espalda de sus madres,  soñarán mientras ellas danzan la navidad rebullidas de gozo y se preparan a comulgar, la que será la mejor y única cena de esa noche santa. Navidades cálidas en la noche africana... Las mías serán en una de estas capillas, un pueblecito cerca de Bangassou, una punta de alfiler en el mapa, rodeado de cultivadores de cacahuetes, un cielo cuajado de estrellas y algún que otro ex rebelde, ahora desarmado; todos rezando y de vez en cuando mirando de reojo al bosque de sabana arboleada en donde pueden aparecer de pronto gente armada, gente mala y sin escrúpulos, asesinos huérfanos de navidades.

Levanto la vista del mapa mundi y veo que la hermana Ana, la intendente,  lleva un rato intentando darme unos papeles. Me ha pillado fuera de juego. Yo llevaba un rato "alejado" de su despacho. Estaba navegando por el mapa y por las nubes. Recorriendo el mundo desde las alturas. Descubriendo navidades, musitando a todos Feliz Navidad y feliz Año Nuevo.
                                                                             Bangassou 20 de Diciembre 2016
                                                                                   Juan José Aguirre Muñoz

                                                                                      Obispo de Bangassou

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Entrevista en LomásRc

24 DE NOVIEMBRE DE 2016


P. Kabasha, Galardón Alter Christus de Pastoral social: “El desarrollo no tiene tanto que ver con los medios como con la visión, la determinación, el sacrificio y el cambio de mentalidad”


El P. Gaétan Kabasha ha recibido este lunes el galardón Alter Christus 2016 en el área de Pastoral social. Se trata de un sacerdote ruandés que tuvo que huir por el genocidio, para refu­giarse en la República Centroafricana. Fue ordenado sacerdote el 9 de noviembre de 2003. Actualmente vive en Madrid y simultanea su tesis doctoral en filosofía sobre violencias y conflictos, con su responsabilidad como capellán del hospital Clínico San Carlos. Su preocupación es elevar el nivel cultural y espiritual de Africa, por lo que ha fundado en España una obra llamada AUDE (Asociación Universidad para el Desarrollo) con el objetivo de financiar a estudiantes universitarios africanos.

A continuación presentamos una entrevista en la que aborda su trabajo en España, pero también su preocupación y su interés por trabajar por el futuro de África.


¿Qué supone para usted este galardón de pastoral social?

En primer lugar, una inmensa satisfacción personal por ser el reconocimiento a una labor a la que he dedicado toda mi vida y ser Alter Christus quien me lo otorga, por lo que le expreso mi más sincera gratitud y afecto por esta, sin duda, inmerecida elección. Debo reconocer que ha sido toda una sorpresa y providencial que llegue en este momento, toda vez que coincide con el impulso de un nuevo proyecto de ayuda a los universitarios de Ruanda.

El galardón de esta forma y en este momento se convierte en una oportunidad para difundir y dar a conocer el proyecto en cuestión y lograr que más gente se adhiera al mismo. En un mundo completamente mediatizado, resulta extremadamente difícil llegar al público sin pasar por la prensa o las redes sociales. El hecho de que Alter Christus sea una organización internacionalmente conocida supone un apoyo inestimable para alcanzar los objetivos del proyecto.

Padre, el galardón recoge su testimonio sacerdotal en medio de las dificultades, en parroquias en donde la gente lucha por sobrevivir. Estamos acostumbrados en España a ver misioneros europeos trabajando en África, ¿pero qué aporta un sacerdote local en medio de ese ambiente tan duro?

Debo decir que también los sacerdotes locales hacen mucho en medio de la gente pobre. Lo que pasa es que el alcance de su labor no es conocida por los medios de comunicación porque en general la prensa no llega a esos lugares. En cambio, la labor de los misioneros europeos por ser de Occidente, se hace ver fácilmente. Por otro lado, los misioneros europeos suelen tener más medios materiales que los sacerdotes autóctonos para desarrollar la pastoral social.

En segundo lugar, yo tengo la convicción de que el desarrollo de un pueblo debe partir del mismo pueblo. Aunque el impulso proceda de fuera, el motor debe ser los propios pueblos. Por tanto, es importante que los sacerdotes autóctonos tomen en serio el tema del desarrollo de su pueblo sin esperar necesariamente que todo venga de fuera. La ventaja de un sacerdote local es que entiende mejor la mentalidad de su cultura, de su pueblo y por tanto, está mejor situado para elegir los proyectos y los métodos más adecuados para su realización.

Personalmente cuando estaba de párroco en la República Centroafricana, llegué a poner en marcha bastantes proyectos de promoción social y de desarrollo, tanto con la ayuda de los amigos europeos como con la de los hombres de negocio locales que confiaban en mí o con la mano de obra de los jóvenes del lugar. El ver que uno de ellos hace las cosas que benefician a todos les lleva a entender que el desarrollo es verdaderamente posible con los recursos propios. Al final el desarrollo no tiene tanto que ver con los medios como con la visión, determinación, la organización, el sacrificio y sobre todo el cambio de mentalidad.

El galardón destaca de una forma especial su trabajo con enfermos en el hospital Clínico de San Carlos. ¿En qué consiste su trabajo allí?


El trabajo de un capellán de hospital tiene como base esencial la consolación. Luego a partir de allí, hay una serie de actividades que se encaminan a este objetivo. De manera esquemática, mi trabajo tiene dos vertientes: la primera consiste en acompañar al que llora, consolar al que sufre, estar al lado de una familia desesperada. La segunda se refiere a los sacramentos: llevar el cuerpo de Cristo al que lo pide, confesar al que lo necesita, dar unción de enfermos, celebrar la eucaristía. Todo en el marco de la consolación tanto de los enfermos como de los familiares y cuando es posible, de los profesionales que necesitan atención espiritual (acompañamiento, celebración de funerales, acción de gracias etc.). Debo decir que es un trabajo muy gratificante.


Padre, usted está estudiando y trabajando en España. ¿Puede explicarnos en qué consisten los proyectos sociales que promueve desde aquí a favor de África?


En estos momentos, estoy promoviendo un proyecto que considero crucial para el desarrollo de África. Se trata de la Asociación Universidad para el Desarrollo de África (AUDE). El objetivo único es buscar socios en España para sostener los estudios universitarios de los jóvenes que, teniendo la capacidad intelectual y habilitación académica para ello, no tienen medios para hacerlo. Estos estudiantes, a su vez, se comprometen a ser socios una vez finalicen sus estudios y empiecen a trabajar. Tengo la clara convicción de que en algunos países, ha llegado el momento de formar suficientes cuadros para la transformación de la sociedad. En un mundo cada vez más globalizado, es importante que haya muchos jóvenes preparados a nivel superior para adaptarse e impedir que su país siga en la dependencia dañina.

El proyecto ya ha empezado en Ruanda dónde estamos financiando a siete estudiantes y pensamos que con más socios podremos becar a muchos más. Nuestra web es www.audesarrollo.es

También a título personal, me dedico a hacer conocer África en el mundo hispanófono en un blogwww.afroanalisis.blogspot.com, o impartiendo conferencias.

entrevista de Religión Confidencial 21/11/2016

El capellán del Clínico certifica que los pacientes rechazan la eutanasia y en cambio sí piden la unción

El padre ruandés Gaétan Kabasha se sorprende de que en Europa a veces “molesta todo lo que huele a Iglesia”

El padre ruandés Gaétan Kabasha reside actualmente en Madrid y simultanea su tesis doctoral en filosofía sobre violencias y conflictos, con su responsabilidad como capellán del Hospital Clínico San Carlos. Desde su experiencia, afirma que en España todavía no se ha introducido la cultura de la eutanasia y que es ampliamente rechazada por los enfermos. Asiste a unos 50 pacientes diarios.
El padre Gaétan Kabasha, recogiendo el premio de la Fundación Alter Christus. El padre Gaétan Kabasha, recogiendo el premio de la Fundación Alter Christus.
El padre Gaétan se pasea por el hospital vestido de cura. “Según el convenio regulador, son los pacientes los que tienen que requerir este servicio y muchos familiares o enfermos desconocen que en los centros hospitalarios se puede solicitar la asistencia de un sacerdote. Ir con el alzacuellos, es de vital importancia para que te reconozcan los enfermos”, declara a Religión Confidencial.
Este sacerdote reconoce que algunos moribundos, o sus familiares, se pueden asustar al ver a un cura. Sin embargo, recalca que los sacerdotes “no somos portadores de muerte, ni miedo, sino de vida.Por mi experiencia, los pacientes que reciben los sacramentos, obtienen paz. Este es un sacramento de vivos y no de muertos”.
El capellán del Clínico de Madrid desvela algunos milagros producidos tras administrar el sacramento de la unción de enfermos. “Me acuerdo de un señor que estaba a punto de morir tras una operación. Le administré este sacramento y se curó. Los médicos no daban crédito. La unción de enfermos cura muchas veces a los moribundos. Se tiene  un gran desconocimiento sobre este sacramento”.

La descristianización europea  

El padre ruandés tuvo que huir de su país por el genocidio y se refugió en la República Centroafricana. Está incardinado en la diócesis de Bangassou, cuyo obispo es el comboniano español Juan José Aguirre. Estudió en el seminario San Dámaso de Madrid y se ordenó sacerdote el 9 de noviembre de 2003 en Centroáfrica.
Se sorprende de la descristianización europea. “En este continente, todo lo que huele a Iglesia parece que molesta, no sé lo que está pasando. El cristianismo está en las raíces de la cultura europea. En África aspiramos a alcanzar esta misma cultura que tiene Europa y que algunos quieren destruir. Algunos países que no han sido cristianizados, no gozan de los mismos derechos humanos que Europa”, subraya.  

Ayudar a los jóvenes africanos

El padre Gaétan Kabasha  ha sido uno de los galardonados por su labor social con los enfermos y por su vida entregada a África que otorga anualmente la Fundación Alter Chirstusque entre otras funciones, se dedica al acompañamiento de quienes han consagrado su vida ofreciéndose para ser otro Cristo.
Gaétan ha trabajado pastoralmente en parroquias de la República Centroafricana donde las personas luchan cada día por sobrevivir en medio de la pobreza y la violencia. Su preocupación es elevar el nivel cultural y espiritual de África.
Esta es una de las razones por las que dirige un proyecto dedicado a conseguir becas para los universitarios de Ruanda, con el fin de financiar sus estudios en la universidad. “Sin educación es imposible el desarrollo de África. Necesitamos jóvenes preparados. Buscamos becas para ayudar a estos universitarios”, declara. El proyecto se llamaAsociación Universidad para el Desarrollo.

domingo, 4 de diciembre de 2016

La grata sorpresa de un dictador

El año 2016 pasará en la historia como un año de sorpresas mayúsculas en el escenario político mundial. En el momento que el mundo está todavía asombrado por el Brexit y la elección de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos contra todo pronóstico, un dictador confeso sorprende a todos en el sur de Sahara.
En el semanario Jeune Afrique de mayo de 2016, Yahya Jammeh afirmaba sin tapujos que era el dictador y orgulloso de serlo. Estas declaraciones no sorprendieron a nadie que conociera el sistema político de Gambia desde 22 años.
Este mismo viernes, cuando el mismo Jammeh anunció su derrota y felicitó a su contrincante en las elecciones una hora antes que la Comisión electoral anunciara los resultados, el mundo entero se quedó boquiabierto. ¿Será posible que el temible presidente tanto dentro como fuera de Gambia , el "big man", reconociera su derrota y dejara las riendas del país? Pues, sí. Algunos dictadores saben reconocer los hechos y sorprender al mundo. Allí radica la grandeza de alguno de ellos. Nunca se puede definir una persona en su totalidad con un solo adjetivo.

Gambia es un pequeñísimo país rodeado en su totalidad por Senegal. Logró su independencia de Reino Unido en 1965. Desde entonces, solo ha conocido a dos presidentes: Dawda Jawara y Yahya Jammed. El turismo occidental constituye su principal fuente de ingresos económicos.
Yahya Jammed (foto internet)

Yahya Abdul-Aziz Jemus Junkung Jammed, llamado también doctor por sus dotes curanderísticos,  tomó el poder en 1994 derrocando a Jawara. Era entonces teniente del ejército nacional después de una formación militar en Senegal y Alabama (USA). A partir de este momento, instauró un sistema atípico envuelto en muchas decisiones llamativas y polémicas también.
En más de dos ocasiones, hubo un intento de golpe de Estado fallido seguido de los castigos ejemplares de los protagonistas y discursos grandilocuentes. No hace más de un año respondió al secretario general de la ONU que se fuera a arder en el infierno cuando éste le urgía a poner en marcha una investigación para esclarecer la muerte de un opositor dentro de la cárcel. 
Jammed fue un presidente sin pelos en la lengua cuando se trataba de enfrentarse a los intentos de Occidente de introducir ciertas ideologías. Sus declaraciones muy polémicas se extienden desde los derechos humanos hasta el área de las creencias individuales. Llegó a llamar gusanos a los homosexuales que habría que aplastar como mosquitos y cerdos a los que no creen en nada. También declaró en varias ocasiones haber hallado el remedio contra el VIH con sus recetas de plantas. De hecho la presidencia era al mismo tiempo un ambulatorio médico con sus tratamientos tradicionales.
Sin embargo, a pesar de sus actuaciones muy controvertidas, Yahya Jammed también pasará en la historia como un presidente musulmán que ha tomado dos decisiones importantes a favor de la mujer entre otras: la prohibición del matrimonio precoz y la mutilación genital femenina.
La derrota en las elecciones viene probablemente de dos causas: el despertar del pueblo gambiano y la ingenuidad de Jammed.
El pueblo de gambia, eufórico al derrotar a Jammeh (foto internet)

Yahya Jammed había ganado en más de cuatro ocasiones las elecciones presidenciales y había declarado que nadie le impediría seguir mandando hasta su muerte. Sin embargo esta vez, no vio la derrota venir. Hizo encarcelar al histórico opositor, Ousainou Darboe, probablemente pensando que en su ausencia, no habría ningún rival con talla suficiente para arrebatarle la victoria. La oposición, lejos de caer en la trampa, se alineó detrás de un solo candidato, Adama Barrow y le llevó a la victoria final. Jammeh se despertó vencido en las urnas.
Adama Barrow, responsable de una agencia inmobiliaria en Gambia, era hasta su investidura a candidato a la presidencia tesorero de un partido de la oposición. Fue elegido candidato a las elecciones por falta de las principales figuras de la oposición. Todos los sondeos le consideraban como un figurante y daban ganador a Jammeh como siempre.
Tanto la victoria de Barrow como el reconocimiento rápido y normal de Jammeh de su derrota fueron una sorpresa y un inicio de otro tipo de futuro para Gambia y, porque no, para África. Esta victoria de Barrow viene a significar que, dentro de la legalidad y con un pueblo valiente, se puede derrotar la dictadura.
                                                                                                            Gaetan

sábado, 3 de diciembre de 2016

Monseñor Dieudonné, hombre fuerte de Bangui

(Texto original de Mgr Aguirre cuya traducción al francés fue también publicada en este blog)

El próximo 19 de noviembre, será el más joven Cardenal del Colegio cardenalicio. Monseñor Dieudonné Nzapalainga, Espiritano, 49 años. Después de estar 3 años como Administrador Apostólico en Bangui desde 2009, fue consagrado Obispo por el Cardenal Filoni el 12 de mayo del 2012, es decir hace un poco más de 4 años y llevado directamente a su sede como Arzobispo de Bangui, Centroáfrica. Hoy ya ha sido nombrado Cardenal pues su nombre aparece en la lista que el Papa Francisco leyó durante el Ángelus del pasado 9 de octubre. Una carrera meteórica para un hombre de mucha valía.
Siempre hay algo que te sorprende en el rostro de alguien que acabas de conocer: el pelo encrespado, una boca crispada, un tic inconsciente, mentón pronunciado... En Monseñor Nzapalainga es su rostro ovalado y su fácil carcajada. En cuanto lo saludas ya la oyes. Estentórea a veces, burlona otras, escéptica, socarrona o claramente acogedora, su carcajada es una de las claves de su personalidad. Rechoncho y bonachón, vino al mundo el 14 de marzo de 1967 en Bangassou, el 5º de una familia de 14, se educó desde crío en nuestro seminario menor y lo mandamos al seminario medio y al mayor cuando decidió entrar en la congregación de los Padres del Espíritu Santo (Espiritanos). Ayer me escribía diciéndome que "el no sería nada sin la educación que recibió en Bangassou". Ni hay que decir que Bangassou ha sido honrada con esta nominación. Recuerdo aquel 9 de Agosto del 1988 cuando fue ordenado sacerdote en la Tribuna de la catedral. Yo había sido consagrado Obispo de Bangassou unos meses antes y ayudé al que era entonces Obispo titular de Bangassou, Mons Maanicus, espiritano como él, durante toda la ceremonia. Fui el segundo en imponerle las manos y no podré olvidar la reacción de su madre: se puso rabiosamente a bailar. Uno de esos bailes africanos, ululando con su garganta y sus labios y golpeándose suavemente en ellos con los dedos, produciendo asi un "Uh uh uh..." tan característico de la alegría africana. Su madre rebosaba de alegría. Era protestante, de la Iglesia bautista. Era extraordinaria, era la gran mujer que hay detrás de todo gran hombre, era su madre.
El cardenal Dieudonné Nzapalainga el día 19 de diciembre de 2016 en Roma.

El cambio de siglo le pilló por Marsella, en un centro juvenil espiritano, pero a los 42 años era ya el candidato para regir la diócesis de Bangui, entonces en profunda crisis. 3 años como Administrador Apostólico. Una archidiócesis casi en quiebra técnica y que él supo levantar, dirigir, conducir y sanear. Ya desde entonces no tuvo miedo de tirarse al ruedo. Nada de mirar corruptos y violentos desde la barrera. Con el barro al cuello nos pilló a todos la llegada de los temibles Seleka, musulmanes radicales que saquearon el país y nos obligaron a mirar hacia la Meca durante 9 meses. Era marzo del 2013. Tragamos carretas y carretones. Toneladas de violencia y amarguras sin fin como ya os he contado en otros artículos. A finales de 2013 otra rebelión peor que la de los Seleka, los anti-balaka- nos estalló en la boca del estómago. Un 5 de diciembre me tuve que esconder en un barrio musulmán durante 24 horas y Monseñor Nzapalainga envió tropas de la ONU a sacarme de allí. Me llevó a su casa y allí me encontré con el Imán de la Mezquita de Bangui, Kobina Layama, refugiado en el arzobispado desde hacía meses, su cabeza puesta a precio, porque los dos, arzobispo e Imán, junto con un Pastor protestante, gritaban a los cuatro vientos que con la paz todo se gana, que sin paz todo se pierde. Asi nacía la Plataforma interreligiosa por la paz, que tanto ha predicado y defendido la tolerancia, el perdón y el respeto. La ciudad de Bangui (y el resto del país) se dividió entre musulmanes y no musulmanes, entre escenas de horror y crímenes contra la humanidad. Monseñor Dieudonné no se salió nunca del ruedo. Siempre habló alto y sereno, fruto de su espiritualidad espiritana, que no todos los musulmanes centroafricanos eran selekas, que no había que pagarla con ellos. Erre que erre lucho por la paz, gritó por la paz y la tolerancia, expuso su vida y recibió aplausos, silencios y abucheos, indistintamente, sin descomponer el rostro ni apagar su sonrisa. Una columna de bronce en medio de una estabilidad que se descomponía a trozos. Todos los obispos de Centroáfrica luchamos por la cohesión social. El tuvo que emplearse a tope. La paz se nutre con el diálogo y éste se fragua abandonando las  armas. Sentarse y hablar es su arma más eficaz.
Aunque nunca faltó su carcajada, hubo momentos en que lo tuvo crudo. Quizá recordéis el nombre de la gran avenida de Bangui que divide la comunidad musulmana de las otras, avenida del Teniente Koudoukou que llega hasta el temible Kilómetro 5 (P.K.5). Antes de la llegada de Papa Francisco a Centroáfrica el 29-30 de noviembre de hace casi un año, era un avispero donde había francotiradores que impedían a los habitantes de un barrio de pasar al otro. A mitad de la avenida está la Mezquita central de Bangui la única de las 23 mezquitas de Bangui que aún queda en pié. Recordad como Papa Francisco fué allí a pedir perdón y respeto , entró, se descalzó, rezó, saludó a todos y luego invitó al Imán Tidjani a subir al Papa móvil. Fué un gesto providencial. Jóvenes con gafas de sol y kalachnikov en bandolera decidieron dejar libre la vía y los barrios se reencontraron gracias al gesto de Papa Francisco. Unos meses después, otros grupos radicales impusieron un checkpoint para volver a cerrar la avenida. Monseñor Nzapalainga (cuyo nombre en lengua sango significa "Dios sabe") reaccionó de inmediato y organizó una "caravana de la paz", se posicionó entre los violentos y, sólo y a pié, empezó a recorrer la Koudoukou. Las armas callaron y un río de gente siguió a su pastor. Los que seguían "debían obligatoriamente dejar las armas". Podían haberle pegado un tiro. Pero ganó la apuesta. Durante la ceremonia en la que recibirá la birreta de cardenal, el Papa de dirá que es roja, como "roja es la sangre que estaréis dispuestos a derramar para incremento de la fe cristiana y por la paz..." Aquel día Monseñor Dieudonné arriesgó la vida con valor, pero la avenida no se cerró, las armas callaron y las escenas violentas cesaron. Imitó a Papa Francisco que abrió las puertas de la Catedral de Bangui una semana antes que en Roma, para que paz entrara y los odios se diluyeran. En Bangui empezó el Jubileo de la Misericordia.

Cardenal viene del latín (cardo) y significa bisagra, gozne... Los 213 cardenales electores (de menos de 80 años) son la articulación que permite abrir las puertas y ventanas de la Iglesia. No sólo permiten elegir un nuevo Papa, sino que además serán esenciales para la paz de sus pueblos. Yo creo que, detrás de la persona elegida por méritos propios, hay un engranaje en clave de geo política que hay que mirar con lupa. Igual me equivoco, pero creo que el país elegido por el Papa para su visita africana, no era solamente un país en el corazón de África, sino además era el país más pobre, más indefenso, el eslabón más frágil... idóneo pues para hacer de pasillo para que el radicalismo islámico pudiera penetrar en el centro del continente africano. Creo que el dinero del petróleo y los radicales ya lo intentaron por el Sudán y fue un fracaso, porque protestantes y católicos del Sud Sudán fueron una barrera y no pasaron del Darfur, limitando con el Chad amigo. Papa Francisco no eligió  ni el Camerún, ni el Congo Brazza ni el Chad. Vino a Centroáfrica y se hubiera tirado "en paracaídas" (según sus palabras) si no le hubieran permitido venir. Ahora elije un cardinal centroafricano, no de otro país limítrofe. El siguiente paso será, creo yo, reforzar las diócesis limítrofes a las zonas radicales para hacer barrera y evitar el horror y la agresión flagrante a los derechos humanos que supondría la llegada de criminales como los del Boko-Haram o del Isis al corazón del continente.

                                                                       Mgr Juan José Aguirre, obispo de Bangassou



domingo, 20 de noviembre de 2016

Aux âmes bien nées...

Le 9 août 1998, au lit de malade dans une chambre à Bangassou, terrassé par le paludisme qui ne chôme jamais dans cette partie de la planète, je reçus la communion des mains d’un jeune prêtre. Il s’appelait Dieudonné Nzapalainga. Il venait tout juste d’être ordonné ce jour par Mgr Maannicus dans l’esplanade de la cathédrale, avec deux autres jeunes, Modoué et Mbonzima. Des milliers de personnes avaient assisté à la messe et moi, qui pourtant avais aidé à préparer les chants, j’avais raté le grand événement.
Aujourd’hui, 18 ans après, Nzapalainga est devenu cardinal de l’Eglise catholique. Avec 49 ans, il est, de fait, le plus jeune cardinal du collège. Aussi pourrait-on dire à propos de ce fils de Bangassou ce que Pierre Corneille dit à propos de Rodrigue : « Aux âmes bien ainées, la valeur n’attend point le nombre des années ».

A continuation, je publie le texte-témoignage de Mgr Juan José Aguirre, évêque de Bangassou (traduit de l'espagnol par moi-même) Gaétan.

Mgr Dieudonné, la référence de Bangui.


Le 19 novembre, Mgr Dieudonné Nzapalainga, spiritain de 49 ans, deviendra le plus jeune cardinal de tout le collège. Après 3 ans à la tête de l’archidiocèse de Bangui depuis 2009 comme administrateur, il en devint archevêque le 12 mai 2012 des mains du cardinal Filoni. Cela fait exactement 4 ans. Aujourd’hui, il est nommé cardinal d’après la liste rendue publique par le Pape pendant l’Angelus du 9 octobre. Il s’agit ici d’une carrière fulgurante pour un homme dont la valeur n’est plus à démontrer.
Il y a toujours quelque chose qui impressionne du visage de celui que tu viens de rencontrer : cheveux crépus, mâchoire crispée, gestes inconscients, menton prolongé etc. Pour Mgr Nzapalainga, c’est, sans doute, son visage ovale et son rire aux éclats qui touchent le plus. Dès que tu le salues, c’est ce qui te frappe en premier lieu. Sa spontanée voix de stentor ou alors son rire sarcastique, sceptique, blagueur mais toujours accueillant constituent certainement le secret de sa personnalité. Cet homme quelque peu rondouillard et débonnaire est né le 14 mars 1967 à Bangassou. Cinquième dans une famille de 14 enfants, il fréquenta notre petit séminaire, puis le moyen séminaire. Après, il décida d’entrer dans la congrégation de Pères du Saint Esprit (les spiritains). Il me disait, il y a quelques jours, qu’il ne serait rien sans l’éducation reçue de Bangassou. Inutile d’ajouter que Bangassou se sent très honoré par cette nomination.
J’ai encore en mémoire la journée du 9 août 1998 quand il fut ordonné prêtre dans la tribune de la cathédrale de Bangassou. Je venais d’être ordonné évêque coadjuteur quelques mois auparavant et j’étais au côté de l’évêque titulaire, Mgr Maannicus, spiritain aussi, pendant la cérémonie. Je lui ai imposé les mains en second lieu. Je ne pourrai jamais oublié la réaction de sa mère en ce moment : Elle s’est mise à esquisser de manière excessive une de ses danses africaines où on mélange le rythme des pieds avec le cris de joie provoqué par le complexe mouvement de la gorge et la bouche frappé doucement par les doigts joints, produisant une sorte de sons de type uh uh uh…. Sa mère était comblée. Protestante de l’Eglise baptiste, c’était une femme impressionnante, le genre de grandes mamans derrière chaque grand homme.
Il commença son ministère sacerdotal à Marseille dans un centre spiritain des jeunes. Cependant, à 42 ans, il était déjà candidat pour diriger le diocèse de Bangui alors en profonde crise. Pendant 3 ans, il fut  administrateur apostolique d’un diocèse en faillite technique annoncée qu’il a su soulever, diriger, conduire et soigner. A partir de ce moment, il n’avait plus peur de se jeter dans l’eau ! Rien à voir avec le pasteur qui regarde la corruption et la violence du haut de sa véranda !
L’arrivée des terribles seleka, musulmans radicalisés qui déferlèrent sur le pays mettant tout sens dessus dessous, voulant imposer les dictats islamiques pendant 9 mois nous a tous pris au dépourvu. C’était en mars 2013 quand l’enfer endiablé a failli se renfermer sur nous. Quelles ne furent la violence déversée et l’amertume encaissée ! Nous avons déjà raconté cet épisode dans d’autres articles. Vers la fin de 2013, une autre rébellion, pire que celle des seleka, les anti-balaka cette fois-ci nous tomba dessus comme une massue. Un certain 5 décembre, je me suis caché dans un quartier musulman pendant 24 heures et Mgr Nzapalainga réussit à convaincre les troupes de l’ONU de venir me chercher. Il m’accueillit chez lui et là, je rencontrai l’Iman de la Mosquée de Bangui, Kobina Layama, réfugié, lui aussi, au sein de l’évêché depuis plusieurs mois étant donné que sa tête avait été mise à pris. En effet, lui et l’archevêque ainsi qu’un pasteur protestant avaient décidé de crier à tous ceux qui voulaient les entendre qu’avec la paix, on gagne tout tandis que sans elle, on perd tout ! C’est ainsi qu’était née la plateforme interreligieuse pour la paix qui prêche depuis lors la tolérance, le pardon et le respect.
A partir de ce jour, la ville de Bangui (et en quelque sorte le reste du pays) se divisa en deux : les musulmans d’un côté et les non musulmans de l’autre. Quelles ne furent des scènes d’horreur et de crimes contre l’humanité !
Mgr Dieudonné n’a pas contemplé sans rien faire : Puisant dans sa spiritualité spiritaine, il n’a cessé de crier haut et fort que tous les musulmans centrafricains ne sont pas seleka et qu’en conséquence, rien ne justifiait la vengeance aveugle contre eux. Sans relâche, il a lutté pour la paix, prêché pour la concorde et la tolérance exposant souvent sa vie. Comme il fallait s’y attendre il a reçu indistinctement les applaudissements et les insultes mais sans jamais lâcher du lest ou perdre son habituel sourire. Il fut un pilier de fer dans une maison en plein effondrement. Il est vrai que nous tous, évêques de Centrafrique, avons lutté pour maintenir la cohésion sociale. Mais, lui s’y est employé à fond ! La paix se nourrit du dialogue et cela n’est possible qu’en abandonnant les armes. Il n’a cessé de montrer qu’il n’y a pas d’armes plus efficaces que s’asseoir et parler.
Même s’il a toujours gardé son éclat de rire, il a aussi eu des moments de trouille. Vous vous rappelez sans doute de l’avenue Koudoukou à Bangui qui divise la communauté musulmane des autres communautés jusqu’au terrible kilomètre 5 (PK5). Avant l’arrivée du Pape François en Centrafrique, le 29-30 novembre de l’année passée, ce lieu était une fourmilière avec des tireurs isolés qui empêchaient aux habitants d’un quartier d’aller dans un autre. Juste au milieu de l’avenue, il y a la Mosquée centrale de Bangui, l’unique qui reste des 23 mosquées qui étaient dans la ville. Vous vous rappelez que le Pape est allé là pour demander le pardon et le respect ; qu’il est entré dans la mosquée, s’est déchaussé, a prié, a salué tout le monde et après a invité à l’Imam Tidjani de monter dans la Papamobile. Eh bien, ce fut un geste providentiel. Les jeunes aux lunettes noires et kalachnikov décidèrent de laisser la voie libre et les quartiers purent se retrouver encore une fois grâce au geste du Pape.
Quelques mois après, certains groupes radicaux installèrent une barrière en vue de fermer une fois de plus l’avenue. Mgr Nzapalainga (Dieu sait en Sango) réagit de manière immédiate et organisa une caravane de la paix ; il se positionna au milieu de ces bandes violentes et se mit à parcourir l’avenue, seul et à pied. Les armes s’arrêtèrent une fois de plus et plusieurs personnes se mirent derrière lui, reconnaissant par là son pasteur. L’unique consigne était de ne pas porter les armes. Il pouvait recevoir une balle mais il avait fait un pari et il l’a gagné.
Pendant la cérémonie pour recevoir la barrette de cardinal, le Pape dira qu’elle est rouge, aussi rouge que le sang qu’ils doivent être prêts à verser pour la proclamation de la foi et la paix. Ce jour, Mgr Dieudonné a risqué sa vie avec courage, mais il a réussi à ouvrir une avenue qui était fermée, à faire taire les armes et à faire cesser des scènes de violences inutiles. En cela, il a imité le Pape qui a ouvert les portes de la cathédrale de Bangui une semaine avant celles de Rome pour que la paix revienne et que les haines cessent. C’est à Bangui que commença le jubilée de la miséricorde.
Le mot « cardinal » vient du latin « cardo » et signifie  « charnière ». Les 228 cardinaux dont 121 électeurs (de moins de 80 ans) constituent l’articulation qui permet d’ouvrir les portes et les fenêtres de l’Eglise. Non seulement ils élisent un nouveau pape mais aussi ils sont un signe de paix au milieu de leur peuple. Moi je pense que derrière chaque personne choisie par mérites propres, il y a tout un engrenage de géopolitique qu’il faut analyser minutieusement. Je pense que le Pape n’a pas élu notre pays pour sa visite parce qu’il est simplement au cœur de l’Afrique mais parce qu’il est compté parmi les plus pauvres, sans défense, le maillon plus fragile de la chaîne… lieu privilégié pour servir de passage des islamistes radicaux qui cherchent à pénétrer au cœur de l’Afrique. Je crois que l’argent du pétrole et les islamistes radicaux ont déjà fait l’essai au Soudan mais ils ont été bloqués par les protestants et les catholiques du Soudan du Sud qui se dressèrent comme une digue limitant le phénomène au niveau du Darfour qui fait frontière avec le Tchad.
Le Pape n’a choisi ni le Cameroun ni le Congo Brazzaville ni le Tchad pour réaliser sa visite ; il a préféré la Centrafrique. Il a même déclaré qu’il se serait jeté par parachute si on lui empêchait d’atterrir.  Maintenant, il choisit encore un cardinal centrafricain. J’ose imaginer que la prochaine étape sera de renforcer les diocèses qui touchent aux zones des islamistes en vue de barrer la route à l’horreur et la violation évidente des droits de l’homme qui suivraient l’éventuelle arrivée des criminels de Boko Haram ou Isis au cœur de l’Afrique.
Mgr Juan José Aguirre, Evêque de Bangassou.


lunes, 14 de noviembre de 2016

África y la CPI: ¿Afroexit?

(Artículo publicado en el blog de Lacaciabogados)

Cuando se adoptó de manera definitiva el “Estatuto de Roma” poniendo en marcha la Corte Penal Internacional (CPI), el 1 de julio de 2002, Koffi Annan, entonces Secretario General de Naciones Unidas, dijo que el mundo acababa de dar un paso adelante hacía el fin de la impunidad. Annan presentaba aquel acontecimiento como‘la joya de la corona’de sus dos mandatos. Por fin, el mundo disponía de un instrumento eficaz y universal contra las atrocidades en el mundo. En África, la noticia se acogió con entusiasmo porque se creía que la libertad de los criminales tenía límites. Catorce años después, los ánimos están por los suelos y hasta hay quienes se atreven a vaticinar un ‘Afroexit’, paso previo hacia el fracaso de la justicia universal.
Desde los primeros momentos, los países africanos se apuntaron masivamente a la CPI de modo que,  de los 124 países integrantes, 34 fueron africanos. Las cifras muestran los anhelos que tenía el continente negro de ver el final de las injusticias que cometen algunos africanos contra sus propios conciudadanos. Lo que no se leyó fue la letra pequeña que estipula que cualquier sospechoso de crímenes contra la humanidad podría ser juzgado sin tener en cuenta la función que desarrollaba en su país. En otros términos, la Corte no contempla ninguna inmunidad posible. Tanto presidentes en ejercicio como jefes de las milicias o salteadores del camino podrían sentarse en el mismo banquillo de los acusados. Esta clausura se revelaría después muy difícil de aplicar y sería la base de algunos de los problemas actuales que ponen en entredicho la supervivencia misma de la Corte.
Para ser acusado a la CPI, los estatutos establecen tres modalidades: Bajo iniciativa del Fiscal General, bajo sugerencia de la ONU o bajo petición de un Gobierno. No es pues posible llevar individualmente un caso a la CPI. Por otro lado, los estatutos solamente se aplican a aquellos países firmantes. Quedan excluidos de esta Corte los miembros de los países que no firmaron excepto si los crímenes se han cometido en un territorio bajo la jurisdicción de un país firmante.
Dicho esto, es evidente que la CPI nació con dos heridas mortales: la falta de voluntad de las grandes potencias y la carencia de medios policiales para ejecutar las decisiones.
En primer lugar, los países que generalmente son considerados como potencias mundiales capaces de poner presión al resto del planeta no quisieron integrar la Corte. De hecho, los tres países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU no figuran en la lista de los países firmantes del Estatuto de Roma: Los Estados Unidos, Rusia y China. A su lado, otros países de gran importancia geoestratégica como India, Pakistán, Israel, Corea del Norte etc. tampoco firmaron.  Sin la presencia de estas potencias, la CPI no podía más que nacer coja en su vocación universalista.
En segundo lugar, se sabe que las decisiones de la justicia necesitan de una fuerza coactiva para ejecutarse. En cualquier país, las Administraciones y, especialmente, la policía se ocupan de realizar este papel. Si no hubiera policía u otra fuerza similar capaz de hacer aplicar las decisiones de la justicia, los jueces se quedarían impotentes y sus sentencias serían letra muerta. He aquí la segunda herida mortal de la CPI. No dispone de ningún mecanismo propio para capturar a los criminales más allá de la buena voluntad de colaboración de los países en los que se encuentran. ¿Qué país entregaría a su propio presidente o al presidente de un país vecino?
¿Qué pasa con África?
Hace unos días Burundi anunció su retirada de la Corte. Poco después, siguieron Sudáfrica y Gambia. En Congo Brazzaville, hubo una manifestación a favor de la retirada. El presidente de Uganda dijo en alguna ocasión que ya no consideraba la CPI como algo serio. Todos los analistas temen un efecto domino. ¿Estamos ante un ‘Afroexit’? ¿Qué pasará si África se retira? ¿Qué razones esgrimen los que se retiran o se quejan?.
                                                             El presidente Museveni de Uganda
Desde el principio, la CPI ha tenido una atención particular con el continente. Muchos casos han sido remitidos a La Haya ya sea por los propios gobiernos, ya sea por iniciativa de la fiscalía o por petición del Consejo de Seguridad de la ONU. En estos momentos, al nivel mundial, treinta casos están en manos de la Corte, juzgados ya, en proceso de juicio o con sus autores en busca y captura. Resulta que de los 30 casos, 29 son africanos: 6 en Sudán del Norte, 6 en Kenia, 5 en la RD del Congo, 3 en Uganda, 1 Sierra Leona, 1 de Centroáfrica, 3 en Libia, 3 en Costa de Marfil y 1 en Mali. De repente, surge la pregunta: ¿Solamente se cometen crímenes contra la humanidad en África? No hay crímenes contra la humanidad en Israel, en Afganistán, en Irak, en Ucrania, en Yemen, etc.
Los hechos parecen dar la razón a los detractores del Tribunal. Si realmente la CPI es universal, ¿por qué juzga solamente a los africanos? En efecto, lo que se pone en duda no es la necesidad de una Corte Penal Internacional, ni la existencia de los crímenes en África, sino la aparente parcialidad a la hora de perseguir a los criminales.
Sin embargo, hay que recordar los principios básicos ya enumerados: La CPI no juzga más que a los criminales de los países firmantes del Estatuto o cuando han cometido los crímenes en un territorio firmante. Con esta clausura, es muy difícil que se pueda llevar a La Haya a los criminales de EEUU, Rusia, Israel, China etc. El mismo principio se aplica a los países africanos no firmantes como por ejemplo Argelia, Sudán del norte, Ruanda, Libia, Zimbabue etc.
También conviene resaltar que la mayoría de los actualmente afectados por la CPI han sido imputados a petición de los gobiernos africanos: Charles Taylor fue entregado por Nigeria a petición del gobierno de Liberia; Laurent Gbagbo fue entregado por el gobierno de Costa de Marfil; Thomas Lubanga fue entregado por el gobierno de la RD del Congo etc. En este caso, ¿Quiénes son los responsables: la CPI o los gobiernos implicados?
Por otro lado, en muchos países africanos, existe un clamor popular para que se pueda detener y juzgar a algunos criminales todavía sueltos como Joseph Kony de Uganda, Abubakar Shikau, responsable de BokoHaram etc. Es evidente, pues, que el pueblo africano no da soporte a la impunidad ni mucho menos.
El problema más acuciante, a mi entender, es que la CPI no tiene el apoyo de ‘los grandes’ de este mundo. Si los USA, Rusia, China y tantos otros fueran integrantes de la CPI, la Corte tendría más peso y más autoridad. Desgraciadamente, no es así. De repente, África se encuentra como acosada por ser casi la única expuesta a ver a sus dirigentes perseguidos.
También es verdad que el hecho de querer perseguir a los presidentes en funciones sin tener en cuenta su inmunidad se ve como una humillación, no solamente a los acusados sino también a sus ciudadanos y a todos los africanos. De manera inconsciente, el continente se acuerda de la horrible historia de la colonización. De hecho, uno de los argumentos que circulan en las redes sociales es que la CPI se ha convertido en la mano derecha de Occidente para perpetuar su neo-colonialismo. La imagen del presidente Uhuru Kenyatta de Kenya ante la Fiscal en La Haya fue demoledora para la dignidad de África; la de Laurent Gbagbo capturado en el palacio presidencial y llevado a La Haya, también.
De todo esto, se desprende que si África se retira de la CPI, habrán ganado los criminales y habrán perdido las víctimas. Nadie duda de que por el continente circulan libremente muchos que tendrían que estar entre rejas meditando sobre sus macabras fechorías. Nada prueba que la Corte Penal Africana como propuesta alternativa vaya a ser funcional dentro de poco y a tener tanta eficacia como la CPI. ¿Tendrá los medios económicos, políticos y policiales para actual sobre los poderosos?  Pero la pregunta más honda para los defensores de los Derechos Humanos es otra: ¿Detrás del ‘Afroexit’, no se escondería la voluntad de impunidad?

Gaetan

domingo, 6 de noviembre de 2016

Una nueva constitución para Costa de Marfil


No está descabellado afirmar que la batalla más ardua en el panorama político africano es y será estabilizar las constituciones. Muchos países cambian la Carta Magna al llegar un nuevo régimen y casi siempre la configuran como un traje hecho a la medida del nuevo mandatario. La causa de esta inestabilidad puede hallarse en la fragilidad de las instituciones pero también se la podría buscar en la comprensión africana de la ley en general y de la constitución en particular.
Mientras que en  los países desarrollados, la Constitución es casi intocable y se la cambia después de varias décadas habiendo asegurado el consenso general de todos y aún así obrando con muchísima delicadeza, en África, todo es diferente. Cualquier motivo político puede ser suficiente para introducir un matiz o quitar un elemento que estorba.
Durante estos últimos años, varios países han puesto en marcha las modificaciones sustanciales en la ley fundamental: Congo Brazzaville, Centroáfrica, Costa de Marfil etc. En otros países, el intento ha sido frustrado por la firmeza de los sectores civiles: RDCongo, Burundi, Burkinafaso. El caso de este último fue muy llamativo porque desencadenó una revolución popular que echó del poder al entonces presidente Blaise Compaoré.
Bien es verdad que es siempre legítimo cambiar la ley para adaptarla a las circunstancias respetando el reglamento previsto. Pero también es verdad que en muchas ocasiones, la modificación no proviene de una necesidad estructural sino sencillamente política.

La última constitución de Costa de Marfil fue adoptada en el año 2000. En ella, había un artículo sobre las condiciones de elegibilidad a la presidencia que ha sido objeto de polémica en las últimas décadas llegando incluso a desatar una guerra civil.  Se trata del artículo sobre lo que se ha llamado “ivoirité” en francés o “la marfilidad”. Decía textualmente que el candidato a la presidencia tenía que ser de padre y madre de nacionalidad marfileña. Esta clausura fue introducida en la constitución para impedir la candidatura del actual presidente Alassane Ouatarra sospechoso de tener cierto origen en Burkina Faso. La historia de este concepto es curiosa.
En efecto, todo empiezó en 1993 cuando falleció el padre de la nación, Houphouet Boigny. En aquel momento, Alassane Ouatarra era primer ministro mientras que Konan Bedié era presidente de la asamblea de los diputados. Siguiendo la ley, Bedié se convirtió automáticamente en presidente de la República. A partir de este momento, Bedié hizo votar una serie de leyes que excluyeran de la presidencia a cualquiera que no tuviera a los dos padres de origen marfileño, es decir que el candidato debía ser marfileño de padre y madre y sus padres también. De hecho, en 1995, Ouatarra se quedó fuera de la competición presidencial. El concepto de ivoirité contribuyó a dividir el país en dos entre el norte partidario de Ouatarra y el resto del país.
En el año 2000, Laurent Gbagbo llegó al poder después de elecciones. Cambió la Constitución pero, siempre para descartar a los potenciales contrincantes especialmente a Ouatarra, mantuvo el polémico artículo con ciertos retoques de moderación. Esta vez el candidato debía ser marfileño de padre y madre. Así, Ouatarra seguía fuera de la carrera. Los gérmenes del conflicto empezaron a apuntarse.
En 2003, una rebelión estalló desde el norte. El tranquilo país de Houphouet Boigny se desangró. Francia intervino obligando a todos los protagonistas a firmar los acuerdos en Marcoussis (Francia) en los que se tendría que revisar el tema de nacionalidad de los extranjeros de antes de 1972.
En el año 2010, Bedié hizo un cambio espectacular y renunció a la “marfilidad”. Llamó a los suyos a elegir Ouatarra contra Gbagbo. Y así fue. Al final todo acabó en un baño de sangre con Gbagbo capturado y enviado a la CPI y Ouatarra en el palacio presidencial.
Al presentarse al segundo mandato, Ouatarra prometió cambiar la constitución para “extirparle los gérmenes del conflicto” según sus términos. El propósito era buena sobre todo que fue una promesa de la campaña electoral. La gente esperaba que se tomara suficiente tiempo para consultar a todos con el objetivo de llegar a un consenso de todos y así poner en marcha una Constitución duradera.

Una mujer marfileña depositando su voto

El pasado 28 de octubre, los marfileños fueron llamados a las urnas para un referéndum sobre la nueva Carta Magna. Los partidos de la oposición, no contentos con los contenidos y las modificaciones, llamaron al boicot. El resultado fue la participación ciudadana de un 42%. Más de 60% de los electores no fueron a depositar su voto. De los 42% que sí participaron, 93% votaron que sí. Es importante recordar que la anterior constitución había sido votada por 86% de los electores en el año 2000.
A la luz de los resultados, teniendo en cuenta de la división actual de la ciudadanía, muchos políticos del antiguo régimen en la cárcel y el ex presidente Gbagbo en La Haya, no podemos dejar de hacer esta pregunta: ¿La nueva constitución representa realmente el consenso de todos los marfileños? ¿Conseguirá extirpar los gérmenes del conflicto? ¿El cambio era tan urgente como para no esperar que hubiera consenso de la mayoría de los marfileños?  ¿Cuánta vida tendrá una ley que nace en estas circunstancias?
Gaetan

viernes, 21 de octubre de 2016

¿Adónde va la RDCongo ?


Se suele decir que la historia no se repite y que cada momento tiene sus particularidades. Sin embargo, también se dice que las mismas causas producen los mismos efectos. La historia no se puede repetir sencillamente porque los personajes cambian, las circunstancias también. Lo que es indudable es que los mismos errores pueden llevar a las mismas consecuencias en escenarios diferentes. Lo que está ocurriendo en la República Democrática del Congo parece responder a este esquema.
En los años 90, el Zaïre estaba bajo el mando férreo de Mobutu quien llevaba décadas en el poder. Su popularidad había declinado poco a poco sin que él se diera cuenta. La crisis económica había llevado el país un resquebrajamiento social de proporciones indescriptibles. Todo lo que había intentado levantar durante años había empezado a caer en pedazos por falta de cuidado y de buena gobernanza. La corrupción había entrado en todos los estratos del país hasta la médula de la administración. El clamor popular era tal que nadie sabía cuál podía ser la salida. Mobutu, encerrado en un círculo de aduladores oportunistas, seguía creyendo en su popularidad.
Empujado por el Occidente y el cambio geopolítico mundial, inició la apertura democrática autorizando la existencia de los partidos políticos. En poco tiempo, nacieron centenares de partidos unos más serios que otros. Fue una época muy turbulenta en toda África subsahariana ya que se introducía en su panorama un sistema novedoso completamente ajeno a su mentalidad y a lo que había vivido hasta entonces.
En muchos países, para evitar derramamiento de sangre con los enfrentamientos cotidianos entre el poder y la oposición, se optó por las conferencias nacionales soberanas. Era una manera de dar la voz a todo el mundo pero sobre todo era una oportunidad para la oposición naciente para ocupar cierto espacio público y en el mejor de los casos, arrinconar a los presidentes de entonces. En el Zaïre de Mobutu se hizo esta conferencia bajo la dirección de una personalidad de gran prestigio, el entonces obispo de Kisangani, actual arzobispo de Kinshasa, el cardenal Laurent Monsenguo.
A partir de este momento, Mobutu, viendo su poder mermado por la Conferencia, se dedicó a dividir para reinar. El pueblo asistirá impotente a una guerra sin nombre entre los opositores, todos luchando para ocupar el puesto de primer ministro. Nguz Karl I Bond contra Tchisekedi y éste contra Kengo Wa Dondo. El mariscal Mobutu se declaró por encima de las peleas como un águila que observa todo detalladamente desde arriba. Las manifestaciones del 16 de febrero de 1992 para reclamar la reconducción de la Conferencia fueron reprimidas en la sangre. La masacre quedó como una huella indeleble y culminó el odio definitivo de los habitantes de Kinshasa contra Mobutu.
Durante los años que siguieron, nadie sabía lo que podía pasar. Nadie se atrevía a vaticinar el fin de la dictadura de Mobutu. Algunos pensaban con resignación que moriría en el poder. Lo que se olvidaba es que nadie dura para siempre y las revoluciones son difícilmente previsibles. Solamente se puede observar y analizar los indicios del final de un reino.
Finalmente todo acabó con la muerte de Mobutu, roto por la enfermedad, angustiado por el exilio en Marruecos, expulsado sin previo aviso por una guerra que surgió del extremo este de la capital y conquistó Kinshasa en menos de seis meses. ¿Quién lo podía imaginar? El todopoderoso mariscal de un país-continente desapareció dejando atrás una herencia envenenada que persigue a su pueblo hasta hoy.
Hoy, algunos de los personajes han cambiado, las circunstancias también. Otros siguen en el panorama político. Pero parece que se está reproduciendo los mismos escenarios con los mismos errores. No hay indicios de que la historia haya enseñado algo a los protagonistas.


***

El actual presidente, Kabila, lleva 15 años en el poder al que accedió de manera sorprendente después del misterioso asesinato de su padre Laurent Désiré Kabila. En 2006, organizó las elecciones democráticas que ganó holgadamente. En 2011, volvió a organizar las elecciones que, esta vez, ganó en medio de fuertes sospechas de frauda y de protestas de parte de la oposición.
El segundo  mandato de Kabila caduca el 19 de diciembre. Durante cinco años, el gobierno no ha podido o querido preparar las elecciones. La división de la clase política está a su cima. Las traiciones de parte y de otra son numerosas, los odios también. El pueblo parece harto de la incertidumbre. El país lleva 20 años sumergido en rebeliones sin número en el este del país. En Beni, los habitantes son regularmente masacrados a machetazos sin que nadie consiguiera protegerlos. La descentralización del magno país no ha contribuido a entablar un verdadero desarrollo y atajar el problema del desempleo cada día más inquietante. La ONU tiene desplegado en el país más de 20.000 cascos azules desde 15 años que no hacen lo suficiente para garantizar la paz y la estabilidad.
 Entre tanto, se intenta reproducir los diálogos nacionales pero como antes, entre discrepancias insuperables. El poder y la oposición que se considera radical comunican en un lenguaje de los sordos. Los últimos acontecimientos indican que también volveremos a ver la guerra entre distintas personalidades para ser primer ministro. Tchisekedi, el eterno opositor de todos los regímenes ha vuelto al país en plena forma y dispuesto a hacer la vida difícil a Kabila y sus seguidores; Kengo Wa Dondo, el primer ministro de Mobutu consiguió ubicarse en los favores de Kabila como presidente del senado.  Entre tanto, han aparecido nuevos rostros, combatientes cada uno a su manera: Moise Katumbi, popular presidente del famoso equipo de fútbol “Tout Puissant Mazembe”; Vital Kamerhe que parece alejarse últimamente de la oposición radical y anhela ser primer ministro al lado de Kabila. Ciertos ingredientes indican un final poco alentador: Las diferentes manifestaciones están reprimidas en la sangre; los habitantes del este están cansados de un poder que no alcanza pacificar la zona; El espacio político está cada vez más mermado; los movimientos de lucha ciudadana (Lucha, Filimbi) ponen en jaque las autoridades sin miedo a entrar en la cárcel etc.

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El último diálogo nacional auspiciado por el mediador Edem Kodjo no pudo reunir a todos los protagonistas de la política congoleña. Concretamente, Tshisekedi y Katumbi no participaron. Los participantes acordaron dejar gobernar a Kabila hasta 2018, tiempo que juzgan suficiente para organizar las elecciones. De momento, la oposición radical rechaza las conclusiones de este diálogo que califican de monólogo para cambiar la Constitución a espaldas del pueblo.
La Comunidad Internacional parece haber tomado posición en contra de cualquier intento de cambiar la Constitución para un hipotético tercer mandato de Kabila. Los Estados Unidos, Francia, Bélgica etc. amenazan con imponer las sanciones individualizadas. Entre tanto, el país con riquezas naturales inmensas sigue sin levantar la cabeza.
En cuanto que observador neutro, me atrevo a plantear las preguntas siguientes:
-        Si el gobierno no pudo organizar las elecciones durante 5 años, ¿qué garantía hay que las organizará en 2?
-        Burkina Faso pudo organizar las elecciones en un año después de una crisis institucional sin precedentes. ¿Por qué la CENI de Congo instalada desde años reclama tan largo tiempo?
-        Es evidente que no habrá elecciones antes del 19 de diciembre. ¿Qué alternativa tiene la oposición radical que rechaza toda negociación con Kabila?
-        ¿Qué pasará el día 20 de diciembre, fecha del final del mandato de Kabila?
Los próximos meses no auguran nada bueno. Si los protagonistas no priorizan la racionalidad y el patriotismo, el Congo puede verse inmerso en una crisis con dimensiones desconocidas.

Gaetan

jueves, 6 de octubre de 2016

Esperanza y satisfacción

Hay momentos en los que uno se siente verdaderamente satisfecho de lo hecho. Son momentos puntuales pero marcan un punto de inflexión en este itinerario sobre la tierra. No son necesariamente momentos estelares o espectaculares a los ojos del mundo. Pueden pasar incluso desapercibidos por el entorno pero nunca pasan sin dejar huella en el sujeto que los vive.
El otro día, junto con mi amigo José María estuvimos tomando una caña en un pequeño bar de mi pueblo. Era nuestra manera de celebrar un acontecimiento que para nosotros reflejaba esperanza y satisfacción. Acabábamos de salir de un banco. Nos habíamos dado cita para transferir la primera parte del dinero destinado a financiar los estudios universitarios a los jóvenes de Rwanda. Después de un año luchando para poner en marcha AUDE (Asociación Universidad para el Desarrollo en África), por fin podíamos decir a los socios, amigos y colaboradores que las palabras se habían transformado en hechos.
Todo después de un año entero de imaginación, de trabajo, de llamadas y mensajes; un año para forjar los estatutos, llevarlos al Ministerio del Interior Español, conseguir el número de identificación fiscal del Ministerio de Hacienda, preparar los trípticos, abrir una página web (www.audesarrollo.es) ; un año para hablar con unos y otros, hacer algunas presentaciones, convencer a los primeros socios para que se comprometieran sin tener todavía nada claro. Al final, aquella mañana, eramos capaces de ofrecer algo consistente a los que creyeron en nosotros; eramos capaces de decirles esta verdad: "Siete jóvenes ruandeses ya están haciendo diferentes carreras y dentro de cuatro años, ustedes podrán ir a su graduación en un viaje turístico a Rwanda". ¿Cómo no íbamos a sentirnos satisfechos y esperanzados?


AUDE nació de una reflexión basada sobre mi vida personal como ruandés y como africano. Mientras que hay muchos organismos involucrados en la educación de base en muchos sitios, los hay pocos que plantean el desarrollo de África desde la formación superior. La educación de base es necesaria y fundamental pero para transformar un país, entender la mundialisazión, hacer frente a la depredación constante, capitalizar los recursos, alcanzar la capacidad de gestión de los bienes comunes, insertarse en el mundo cada vez más competitivo etc. es importantísimo formar cuadros de alto nivel. Este sueño solamente se puede conseguir invirtiendo en la educación universitaria para aquellos jóvenes capaces que, sin ayuda, se quedarían a medio camino.
En AUDE, estamos decididos a reunir los recursos necesarios para que, cada año, seamos capaces de ayudar a unos cuantos estudiantes. Poco a poco, iremos pisando el acelerador con más socios. Y después de cuatro años, los estudiantes financiados aumentarán el número de los socios contribuyentes. AUDE será una gran familia de solidaridad y motor del desarrollo. Ante las ganas de alcanzar una meta, sólo nos podrá parar el infinito. Gracias a todos los socios y los que están pensando serlo. Con un poco de voluntad, lo que parecía imposible se hace realidad.
                                                                                   Gaetan

martes, 13 de septiembre de 2016

Ping-Bongo: la guerra de los cuñados.

La crisis postelectoral que se desató en Gabón se ha trasladado al Tribunal Constitucional. Será éste quien dirá la última palabra sobre las urnas. Pero, el sentir popular de los gaboneses es que este tribunal se llama la "Torre de Pisa" que no puede caer por dónde no está inclinada. En otros términos, nadie cree que pueda decir lo contrario del clan Bongo. Pero ¿quiénes son del clan Bongo y quiénes no?
Por poco que uno indaga, encuentra lazos increíbles entre los protagonistas de esta película. Resulta difícil encontrar la razón de la guerra ya que tanto Ali como Ping son criaturas de Omar Bongo, el primero como hijo y el segundo como yerno. Tan es así que Marwane Ben Yahmed del semanal Jeune Afrique no duda en decir textualmente: "Ping es un cocodrilo del mismo marisma que ha navegado la misma laguna turbia”. Veamos un poco los complejos lazos que unen a unos y a otros.
Ali Bongo es hijo de Omar Bongo, el que fuera presidente de Gabón durante cuatro décadas. Su madre se llama Josephine Kama actualmente llamada Patience Dabany, una famosa cantante conocida sobre el continente. Pese a la separación de su madre con Bongo, Ali se quedó con su padre y  en el momento de su muerte, ocupaba el puesto de ministro de la defensa. Sin embargo, a pesar de haber presentado su acta de nacimiento en toda regla y su partida de bautismo (fue bautizado católico antes de convertirse al Islam junto a su padre), sus opositores le acusan de ser de origen extranjero. Sus contrincantes creen que no es ni hijo de Omar Bongo ni de Patience sino hijo adoptivo originario de Nigeria.
Jean Ping es hijo de un padre chino llamado Cheng Zhiping de la provincia de Wenzhou (China) y de una madre gabonesa llamada Germaine Anina, originaria de Congo. Después de los estudios en la Sorbona, entra en la dinastía Bongo y se casa con Pascaline Bongo, la hija mayor del presidente Omar Bongo. De facto, se convierte en el cuñado de Ali Bongo. Durante mucho tiempo ocupa diferentes ministerios hasta tal punto que en el momento de la muerte de su suegro, se pensaba que podía ser heredero del trono. Pero finalmente, el destino favoreció a Ali Bongo.
Parece pues claro que la guerra que opone a los dos es una escenificación de los odios familiares llegados al terreno de la política. Los observadores de la política gabonesa creen que el malentendido entre los dos empezó cuando Jean Ping, siendo presidente de la Comisión de la Unión Africana, no tuvo el respaldo de Ali para renovar en el cargo.

Ahora la contienda está en manos del Tribunal Constitucional que debería hacer un recuento de los votos de la provincia de Ali Bongo dónde se cree que hubo fraude. Pero ¿quién es la presidenta del Tribunal Constitucional? Pues, otra del clan Bongo.
Marie-Madeleine Mborantsuo, presidenta de este Tribunal fue durante mucho tiempo compañera sentimental de Omar Bongo. En el marco de la amplia familia africana, está considerada como la madre de Ali Bongo y la suegra de Jean Ping. Estamos ante un caso único en el que dos miembros de la misma familia se enfrentan en la arena, cruzando las espadas ante un árbitro incómodo para los dos, también miembro de la misma familia. ¿Quién tendrá razón?
Es posible que el resultado de la contienda sea fruto de la presión internacional que está siendo fuerte  a favor de Ping en contra de Ali. En todo caso, sea lo que sea el resultado, Gabón está ya sumido en una fractura social sin precedentes y será difícil recomponer los tejidos rotos.
Gaetan