domingo, 27 de septiembre de 2015

Centroáfrica, al borde de la irracionalidad

Alguien descubre un cadáver en la calle. Constata que se trata de un musulmán por su forma de vestir. Llama a algunos musulmanes y lo llevan a la mezquita para que se haga sus últimos adios según la costumbre musulmana. Inmediatamente después, los jóvenes musulmanes se levantan con armas de fuego y empiezan a disparar sobre cualquier ser humano que pasa que sea musulmán. Parece una prelícula dramática excepto que aquí no se trata de una película sino de la verdad. Esto mismo ocurrió ayer día 26 de septiembre de 2015 en el barrio llamado Km 5 en la ciudad de Bangui, en la República Centroafricana. Cualquiera que no conociera la complejidad de la situación que lleva viviendo este país desde 2012, pensaría que todo el mundo se ha vuelto irracional. Durante todo el día de este sábado, diversos barrios de Bangui quedaron paralizados por los enfrentamientos. Los jóvenes musulmanes, varias veces relacionados con los seleka en el km 5 decidieron vengarse de musulmán matado. El muerto en cuestión era conductor de taxi. Nadie sabe quién lo mató ni por qué. Nadie conoce las circunstancias de su muerte. Sin embargo, partiendo de las suposiciones absolutamente irracionales y del odio creado entre los musulmanes y el resto de la población en este país, los jóvenes musulmanes no dudaron en acusar a los antibalaka de ser culpables de la muerte del taxista. Empezaron a lanzar piedras sobre todos los coches que pasaban, erigieron barricadas en la carretera que une Saint Michel al barrio de Fatima, dispararon indescriminadamente a los civiles. Los antibalaka que siempre están allí en los barrios, por su parte, sacaron sus armas y armaron la buena. Las fuerzas internacionales que supervisan la paz no consiguieron interponerse con tiempo. El balance de los enfrentamientos hasta esta mañana del domingo es de 21 muertos y un centenar de heridos. Es el balance dado por el hospital comunitario de Bangui. Nadie sabe cuántas personas murieron en sus casas o que quedan por recoger en las calles peligrosas de la zona. La pregunta que uno se hace es: ¿Hemos perdido la razón? Si se descubre un cadáver en cualquier rincón del país, ¿es absolutamente necesario que los seleka y los antibalaka saquen armas, destruyan vida y sumerjan su país en un caos? ¿Quién parará esta locura? Hablo de locura porque aparentemente la gente mata sin saber el porqué. La República Centroafricana lleva tres años de desorden y violencia. Las fuerzas internacionales de la ONU que intentan estabilizar el país no consiguieron hacer el desarme forzoso. Los distintos beligerantes siguen armados cada uno en su rincón. Todos te dicen que quieren la paz pero no son capaces de entender que el ciclo de violencia solamente genera miseria y muerte. Algunas malas lenguas dicen que hay una mano diabólica detrás del repunto de violencia de los últimos momentos para desestabilizar el país y así justificar la prolongación de las instituciones de transición. Hay que decir que la Comunidad Internacional opta por la organización de las elecciones durante el próximo mes de octubre, concretamente el 18 de octubre. Sin embargo, algunos observadores creen que parece irrealista respetar esta fecha. Entre tanto, algunos siguen pensando en matarse. Gaetan

jueves, 24 de septiembre de 2015

La fuerza de un pueblo

"Cuando un pueblo llega a la consciencia de libertad, se libera". Es una evidencia que todas las tiranías del mundo aprovechan la ignorancia del pueblo y la manipulación para perpetuarse. Cuando el pueblo tiranizado consigue entender que tiene el poder en sus manos y que que consigue alcanzar la categoría de libertad como derecho fundamental de todo ser humano, no hay fuerza capaz de parar su liberación. Ni las armas, ni la intimidación son capaces de impedir que un pueblo deseoso de libertad consiga su objetivo.
Lo acabamos de observar en Burkina Faso. El general Gilbert Dienderé est testigo directo de lo que un pueblo es capaz de hacer frente a la fuerza de las armas. Este general, jefe del famoso RSP (Regimiento de la Seguridad Presidencial), instrumento de represión del pueblo durante toda la dictadura de Blaise Compaoré, pensaba destituir las instituciones de la transición y salir con las suyas. Hizo el golpe de Estado, secuestró al presidente Kafando y a su primer ministro Zida, desplegó a sus militares en las calles de Ouagadougou, se auto-proclamó presidente. Pero olvidó una cosa: el pueblo burkinabés ya no es una masa que se deja guiar  ciegamente.
Hace exactamente un año, ese mismo pueblo se levantó como un solo hombre, se lanzó a las calles de Ouagadougou, hizo un grito unánime en la plaza de la revolución. Consiguió con su movilización y su clamor expulsar a uno de los dictadores más longevos de África. Blaise Compaoré quién pensaba cambiar la constitución para perpetuarse en el poder se vio sorprendido por el rechazo del mismo pueblo por el que se proclamaba apreciado. No funcionó su táctica de manipular en el nombre del pueblo. Los burkinabeses ya habían alcanzado la categoría de libertad y no aceptaban ya dejarse manipular. Compaoré huyó del país dejando sitio a un gobierno de transición.
Como si Dienderé no se hubiera asomado a la calle aquel día para ver la determinación del pueblo o no hubiera tomado la lección de la historia, pensó que podía quitar alegremente las instituciones de la transición y controlar la situación. Las malas lenguas dicen que quiso imitar al mariscal Sissi de Egipto y aparecer como el libertador del pueblo. Pues, se equivocó. Nada más proclamarse presidente, no durmió ni una sola noche. Todo el pueblo se movilizó otra vez y toda la sociedad se levantó unánimemente para rechazar esta pretensión de hablar en el nombre del pueblo sin que te haya dado mandato. Como si fuera poco, el resto del ejército se dirigió a la capital para apoyar al pueblo. Dienderé se vio acorralado. No lo quedó más remedio que liberar a los rehenes y declararse vencido. Dijo textualmente: "Ha sido un gran error hacer este golpe".
Así se acabó el que ha sido siempre el hombre fuerte, manipulador, eficaz, inteligente pero siempre en la sombra de Compaoré. Su exceso de auto-estima le llevó al fiasco. No hay más miseria que bajar de la gloria a la ruina. Algún comentarista llegó a decir que Dios sabe hacer las cosas en su debido tiempo: gracias a esta torpeza, el famoso RSP desaparecerá sin resistencia.
Enhorabuena al pueblo de Burkina Faso. 
Gaetan

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La tecnología en las colinas

(artículo publicado en el blog de El País, Africa no es un país)

Un señor quiere enviar dinero a su hijo que cursa estudios en el otro rincón del país, llama a su vecino que hace poco acabó la universidad y le dice:
-          ¡Quiero enviar dinero a mi hijo! –dice el señor.
-          ¿cuánto? –pregunta el vecino.
-          ¡Cinco mil francos ruandeses! –responde el padre que quiere enviar dinero.
-          ¡Es muy fácil! –dice el vecino
-          ¡Dame el dinero, su nombre y su ubicación! –dice el vecino, finalizando la conversación.
Con este sencillo diálogo, el joven universitario teclea su teléfono móvil durante unos segundos, recibe los cinco mil francos y dice al señor:
-          ¡Tu hijo ya tiene su dinero!.
No es un mito ni una exageración. Presencié esta escena en una de las colinas de Rwanda hace apenas un mes. Me quedé sorprendido y abrumado por este avance de la tecnología, puesto de manifiestoen un país subdesarrollado, algo que, ni siquiera,nunca había visto todavía en Europa.
Al preguntar, me dijeron que el sistema se llama “mobile banking”, es decir un banco que se mueve. En realidad, es un banco virtual situado en el teléfono del joven universitario, pero es un banco de verdad y no un juego.No es tan complicado como se puede imaginar. Cuando te explican el mecanismo, entiendes muy  rápidamente que no se trata de ningún milagro. Es sencillamente una de las buenas cosas que puede traer la tecnología. El titular del móvil, cobra por el número de gestiones y el dinero que mueve en cada operación. Este sistema le estimula a buscar clientes para aumentar sus ingresos, es decir que el banco móvil es también un puesto de trabajo. Para ser miembro de esta red de banco móvil, hace falta inscribirse a la compañía que promueve este sistema y depositar una cantidad de dinero como garantía. La eficacia es desde luego garantizada.
En Rwanda, el país de las mil colinas donde le paisaje se impone con una belleza extraordinaria, la tecnología está siendo un motor de desarrollo. Para empezar casi todo el mundo dispone de un teléfono móvil hasta en los rincones más remotos del país. La situación geográfica y la pequeñez del territorio nacional hacen de Rwanda un sitio privilegiado para extender la cobertura a todos. Pero lo más interesante es que el teléfono no solamente sirve para las llamadas sino que está siendo un instrumento de otras muchas facilidades. Muchas aplicaciones están siendo ensayadas haciendo de Rwanda un país en la dinámica de la modernidad tecnológica.


Ya nadie se desplaza a los grandes centros para pagar sus impuestos u otras facturas ni es necesario ir a los agencias para hacer una tarjeta de embarque para los viajeros. Igual que en los países avanzados, el checking-in se hace por internet dentro del móvil. Todas las compañías tienen la opción internet en sus ofertas.
Una de las aplicaciones más llamativas es la compra de la corriente eléctrica por móvil. Uno sin irse de su casa, compra la cantidad de energía que necesita tecleando un código previamente recibido y activando así su cuenta en la compañía eléctrica. En un instante, llega la electricidad correspondiente al dinero pagado. La ventaja de esta aplicación está en que cada uno paga lo que realmente consume y nada más. Evidentemente, esto supone que haya una red eléctrica instalada en casa. Y eso es también otro de los avances que se observan en este pequeño país.
En los últimos años, se ha intensificado la distribución de la electricidad en muchos sitios. He podido ver cómo los habitantes se unen para contribuir con dinero y mano de obra afín de poder hacer llegar la electricidad a sus hogares. Una vez que la contribución fijada por la empresa pública de energía está lista, el Estado se encarga de completar y conducir las líneas de corriente. El objetivo oficial sería llegar a poder abastecer a 75% de la población. Sorprende ver cómo en pocos años, la electricidad ha dejado de ser un objeto de lujo para llegar a la mayoría de los centros en el interior del país e incluso subiendo las montañas para llegar a los hogares dispersos por aquí por allá.
Bien es verdad que hay muchos cortes debidos a que la producción es todavía insuficiente. En todo caso, hay una evidencia: Rwanda ha entrado en la dinámica de la corriente mundial de la tecnología y esta, ineludiblemente, necesita electricidad.
A raíz de estos hechos, muchos jóvenes empiezan a poner en marcha su creatividad. Me sorprendió uno que acababa de inventar una cocina que utiliza las piedras volcánicas y un consumo mínimo de electricidad. La corriente calienta las piedras y estas, retienen el calor y calientan la cacerola. Con este “cacharro”, muy sencillo y barato, se consigue ahorrar la madera que se está convirtiendo en un bien escaso en un país tan sobrepoblado como Rwanda. Es una muestra de cómo cuando se libera espacio, los hombres son capaces de utilizar su inteligencia y hallar bienestar ellos mismos. El problema del fabricante, licenciado en física, según me contó, es la protección de su invento que de repente aparece en el mercado después de ser pirateado.Y eso ya no es un tema de desarrollo tecnológico, sino político y social, concretamente, legal.

En la misma dinámica, se observan a los policías sobre la carretera con aparatitos que miden la velocidad de los coches. No son aparatos inventados en Rwanda pero es una verdadera revolución en la región de los Grandes Lagos. Con esos aparatos, ya no se puede multar a alguien sin clara seguridad de haber infligido las reglas  de circulación. Igual que los radares móviles que uno encuentra en los países avanzados, y a los que estamos tan acostumbrados en nuestras carreteras, esos aparatos manuales te indican con exactitud la velocidad a la que va el coche.
Se puede discrepar sobre el sistema de desarrollo que se está planteando en algunos países africanos pero hay una cosa innegable: la tecnología avanza a pasos agigantados y no se podrá concebir el futuro sin ella. Ningún país puede sustraerse de los elementos que están a la base de la globalización.

Gaetan

domingo, 20 de septiembre de 2015

La situación de los derechos humanos en África.

(artículo publicado en el blog http://lacaciasociados.es/blog/) 

Cuando se habla de los derechos humanos en un lugar, se está refiriendo a la capacidad que tiene cada ciudadano de ver su vida y sus pertenencias protegidas por la ley de su país. Y esta ley ha de ser justa, promulgada con la finalidad de alcanzar el bien común. Cuando es perturbado en sus derechos, ha de tener la posibilidad de recurrir a instancias superiores, administrativas o judiciales. Todas las estructuras políticas, administrativas, jurídicas, policiales y sociales tienen el cometido de asegurar que nadie se sienta injustamente tratado. 
La situación de los derechos humanos en África no puede ser homogénea ni es prudente comparar un país con otro. Todo depende de la evolución política, económica, social y cultural de cada uno y los problemas que pueda tener. Es importante recordar que cuando hablamos de África, nos estamos refiriendo a 54 países de trayectorias y situaciones diferentes. 
Desde las independencias, en los años 1960, cada país africano ha seguido su camino, aunque se pueda vislumbrar una línea común en lo que se refiere a la estructura política. Volviendo a nuestro tema, es importante poner de relieve que la Organización de la Unión Africana (OUA) publicó el 21 de junio de 1981 lo que se llamó “La Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos” a la cual suscribió la mayoría de los países del continente. Para entender mejor la situación actual de los derechos en África, es mejor dividir los países en cuatro categorías: los países en conflictos armados, los países con gobiernos dictatoriales, los países con gobiernos democráticos y los que no son ni democráticos ni dictatoriales. 
La guerra es el primer hachazo a los derechos humanos. Es imposible proteger a las personas y sus bienes donde las bombas destruyen vidas. Los países en conflictos son a menudo los que menos respeto tienen hacia las personas. Las fuerzas del orden suelen comportarse de manera violenta, las estructuras judiciales están en mal estado, o son muy parciales. En esos países encuentras a miles de desplazados hacinados en campamentos habiendo perdido todo lo que poseían. Las violaciones son numerosas e impunes mientras que la tortura se convierte en una vía rápida para conseguir información. En muchos casos los asesinatos extrajudiciales son utilizados sistemáticamente como métodos persuasivos para desanimar al adversario y sembrar el miedo. Cuando se trata de conflictos étnicos o religiosos, es peor todavía ya que los grupos armados, en general, escapan a todo control del Estado. En esta categoría de países, los derechos humanos brillan por su ausencia. 
En los países dictatoriales, la situación es más compleja. En general, las autoridades se presentan como garantes de la justicia y del derecho. Pero en la práctica, los tres poderes tradicionales (legislativo, ejecutivo y judicial) se confunden. Los dirigentes se ponen, a menudo, por encima de la ley y los jueces no se atreven a proteger al perjudicado. La justicia suele estar muy politizada y las fuerzas del orden espolian al pueblo o lo atemorizan. La corrupción reina en todos los niveles de la administración del Estado y las cárceles suelen ser lugares inviables. Una de las características de esos países es la existencia de presos políticos o de opinión, y existe una carencia de libertad de expresión. Allí, aunque las autoridades den una apariencia de orden, el espacio político está muy mermado o es inexistente. 
Luego vienen los países democráticos, que progresivamente van aumentando poco a poco en África. Son aquellos países donde se organizan las elecciones libres y donde se va favoreciendo la alternancia en el poder. En esos países, la situación de los derechos humanos igual que otras dimensiones de la vida social ha mejorado mucho. La libertad de expresión ayuda a desenmascarar los abusos y la justicia tiende a hacer su trabajo. También, aunque todo esté por mejorar, se notan mucho los resultados de la lucha contra la corrupción y los intentos para proteger al ciudadano son notables. 
Últimamente ha surgido otra categoría de países que se encuentran a medio camino entre la dictadura y la democracia. Allí se organizan las elecciones fraudulentas y aunque la situación tiende a mejorar, no hay un cambio radical en las prácticas abusivas de las instituciones. En esos países, la prensa es medianamente libre, no hay presos políticos y la oposición tiene palabra. Sin embargo, la corrupción y los excesos siguen su camino por falta de voluntad política de los dirigentes y del debilitamiento de la oposición. 
Como se ve, la situación de los derechos humanos varia de un país a otro en África. Hay que valorar cada país y analizar su evolución social y política. Lo único que se puede afirmar es que cuanto más se profundiza en la democracia, mayor es el respeto de los derechos humanos. 

                                                                                       Gaetan Kabasha.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Una revolución frustrada en Burkina Faso

Hace unas décadas, un famoso autor escribió que "l'Afrique est mal partie" que quiere decir que "África echó a andar mal". Poco después, otro autor replicó diciendo que "l'Afrique n'est pas encore partie", es decir que "África no ha comenzado a andar todavía". Estas dos afirmaciones pueden aplicarse a Burkina Faso vistos los acontecimientos de los últimos momentos. Ayer llegaban las noticias del secuestro del presidente interino, Michel Kafando y su primer ministro, Isaac Zida de parte de los militares del Regimiento de Seguridad Presidencial, una tropa de élite muy fiel al depuesto presidente Blaise Compaoré. Muchos pensaban que se trataba de un intento más de intimidar a las autoridades interinas para impedir la disolución de este grupo militar que se ha convertido en un rompecabezas. Sin embargo, esta mañana del 17 de septiembre, otras noticias anunciaban el golpe de Estado y el nombramiento de un nuevo presidente, el temible general Gilbert Dienderé, jefe del regimiento en cuestión. Burkina Faso, palabra que significa "país de los hombres íntegros" nunca conoció la democracia en su historia. Desde el fin de la colonización, no ha conocido más que golpes de Estado, revoluciones y dictaduras. A pesar de haber organizado en varias ocasiones las elecciones, nadie puede asegurar que hubo democracia real. Cuando el capitán Thomas Sankara tomó el poder en 1983, se inició una revolución popular. Sankara era un revolucionario carismático, verdadero patriota, anti-imperialista consumado. Pero su sistema político era muy poco realista en un mundo cada vez más globalizado, en el que se cruzan intereses de los potentes. Hizo solamente cuatro años como jefe de Estado y fue asesinado por su íntimo amigo, Blaise Compaoré. Sin embargo, a pesar de ser un dictador también golpista, marcó la consciencia popular en toda África, en su calidad de patriota sincero y luchador por la autonomía del continente. Su sucesor Compaoré reinó durante 27 años haciendo y deshaciendo las constituciones para ser elegido y reelegido. En África, circula una idea perversa de la democracia que consiste en pensar que ésta se resume en organizar las elecciones generales. Pues es una idea muy minimalista. No es suficiente poner su voto en una urna para que haya una verdadera democracia. Es importante ante todo la libertad de expresión, la consciencia de estar orientando el destino de la nación, un conocimiento amplio de los desafíos nacionales e internacionales por parte del pueblo, el debate contradictorio de los actores políticos, los medios mediáticos y financieros bien repartidos para hacer campaña etc. Desgraciadamente, muchos se aprovechan de la ingenuidad del pueblo adormecido o ignorante para mantenerse en el poder bajo el paraguas de las elecciones.Todos los dictadores presumen de representar la voluntad popular sencillamente por haber organizado las elecciones donde salen elegido con una abrumadora mayoría. Si la democracia fuera solamente eso, toda África sería una tierra democrática. El año pasado, el dictador Compaoré quiso cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder. El pueblo se echó a la calle y le expulsó del palacio presidencial obligándolo a huir a Costa de Marfil. Todos pensaban que la revolución se había consumado. Sin embargo, ahora vemos que la revolución se frustró. No llegó hasta el final. Se tenía que haber limpiado del escenario político de todos los que hicieron de Burkina Faso un país de corrupción y de impunidad. No fue así y las consecuencias está allí. Nadie sabe que hacer con el RSP, es decir el Regimiento de la Seguridad Presidencial, una tropa al que un periodista llegó a llamar "una bomba en la democracia". Gilbert Dienderé, el nuevo presidente auto-proclamado es un viejo conocido en toda la historia reciente de Burkina Faso. Fue él qui leyó el comunicado del golpe de Estado de Sankara en 1983. Fue también él quién dirigió el pelotón de ejecución del mismo Sankara en 1987. Dos años más tarde, ayudó al fracaso del golpe de Estado contra su amigo presidente Compaoré. Desde entonces, dirigió con una mano de hiero RSP, el regimiento de militares de élite, super entrenados y mejor equipados que el resto del ejército. Pero ha siempre sido ante todo el hombre de confianza de Blaise Compaoré, es decir, el que lleva en sus manos todos los trapos sucios del difunto régimen.Ahora, se auto-proclama presidente y asegura que garantizará la democracia. ¿De qué democracia estamos hablando? El golpe llega cuando el gobierno de transición muy consensuado después de la revolución ciudadana del año pasado ultimaba los preparativos para las elecciones generales el 26 de octubre. La cuestión que uno se puede hacer es: ¿a qué viene este golpe un mes antes de las elecciones? ¿Por qué tienen miedo los golpistas a los resultados de las urnas? La única respuesta obvia es que se les estaba escapando el control de las riendas del país y además, parece que el gobierno de transición estaba a punto de publicar los resultados de la investigación sobre la muerte de Sankara. Solamente cabe decir que la Revolución del pueblo burkinabés fue frustrada y siempre en esos casos, es el pueblo quien sale perdiendo. El fin de Compaoré no supuso el fin de su sistema.

jueves, 10 de septiembre de 2015

África juzga a su dictador.

Quizá la noticia más importante en estos días en África al nivel de la justicia sea la del juicio contra el ex mandatario de Chad, Hissène Habré que está teniendo lugar en Senegal. Los que tienen televisión pudieron ver cómo el que se autollamaba "el combatiente del desierte" en su época de gloria fue arrastrado por los policias obligándole a sentarse en el banquillo de los acusados. Algo está cambiando en África y para bien. El juicio llega en un momento en que se levantan muchas voces en el continente criticando la actuación del Tribunal Internacional de la Haya. Se le acusa de imparcialidad en su afán de perseguir solamente a los mandatarios africanos. Muchos, sin negar que los acusados tengan que ver con los crímenes por ellos cometidos, reprochan al Tribunal de no investigar a los criminales de otros continentes. Sin decirlo claramente, se le acusa de no ocuparse de las barbaridades cometidas en Irak, Afganistan, Siria etc. No faltan quienes creen que se trata de un instrumento del neocolonialismo. El juicio de Hissène Habré es un intento del continente africano de ocuparse de sus asuntos. Su éxito pondrá de manifiesto la madurez de los africanos a tomar en serio la justicia. Ha pasado muchos años de gestiones para que finalmente la Unión Africana decidiera poner en marcha un tribunal especial para el caso Habré. Bélgica querría su extradición pero no lo consiguió. Senegal no se sentía capacitado para juzgarlo. Lo que está pasando ahora es el resultado de un largo proceso de reflexión. Hissène Habré dirigió Chad de mano de hierro entre 1982 y 1990 cuando fue derrocado por su antiguo jefe de de seguridad, Idriss Deby. Durante su mandato, Habré se ilustró en la violación de los derechos humanos, matando y torturando a miles de opositores. Fueron ocho años de llanto y terror. Las organizaciones de los derechos humanos calculan que se habrían matado a 40 mil personas y torturado a muchas más. Cuando fue expulsado del poder huyó a Senegal donde estuvo durante muchos años sin inquietarse. Finalmente la historia giró de otra manera y Habré tiene que enfrentarse a su propio pasado. De momento Habré se niega a comparecer y a declarar pero el tribunal le obliga policialmente a hacerlo. Se trata de la dignidad de Africa en juego. África tiene que ser capaz de apresar a sus opresores y juzgarlos sin miramientos. Esperemos que los criminales de ayer, hoy y mañana vean que la verdad acaba siempre triunfando.

domingo, 6 de septiembre de 2015

El mundo sigue igual

No es pesimismo ni resignación. Es sencillamente una constatación. El niño Aylan Kurdi no ha cambiado nada en lo que se refiere a la desgracia causada por la codicia, el egoismo, el fanatismo y tantos otros vicios tipicamente humanos. Es verdad que la muerte de Aylan en las fronteras de Europa ha golpeado de lleno la consciencia del mundo occidental y ha conseguido movilizar a la gente a favor de los refugiados sirios. Desde entonces, tanto los políticos como los movimientos sociales se mostraron abiertos a la acogida de los refugiados sin condiciones. Pero, me temo que esta movilización sea más emocional que racional. Una imagen impactante como la de Aylan despierta los sentimientos más sensibles pero hay un segundo paso que el hombre tiene que hacer: pasar del corazón a la cabeza; hacer pasar esos sentimientos al tribunal de la razón. La razón es la que coordina todo en el hombre, juzga los sentimientos, los ordena y dictamina el camino recto que seguir. Las migraciones masivas de una cultura hacia otra diferente tienen que gestionarse con inteligencia para que el equilibrio social de la cultura de acogida no se vea desestabilizado. ¿Alguién tiene idea de lo que pasaría si todos los habitantes de Siria, Irak y Afganistán se presentaran a la puerta de Alemania? Una cosa es abrir las fronteras europeas a los refugiados (deber obligatorio de solidaridad), otra cosa distinta y muy importante es conseguir que Siria y toda la región tengan paz. En este sentido, hace falta que los políticos que tienen más herramientas que el pueblo sencillo tomen medidas contundentes. Si consiguieron estabilizar los balcanes, ¿por qué no conseguirían también lo del oriente medio? A mi juicio, no veo que algo ha cambiado en este sentido. Por un lado, Siria sigue sangrando e Irak sigue bajo atrocidades de ISIS. ¿Cuántas personas inocentes siguen atrapadas en esta espiral de violencia sin acabar? Por otro lado, la muerte de Aylan no consiguió que el mundo tome consciencia de las barbaridades que pasan en otros sitios del planeta, lejos de Europa. ¿Quién se preocupa de los niños mutiliados o las niñas violadas en los diversos conflictos de África? ¿Quién se pregunta lo que está pasando en Libia, Nigeria, Sudán del Sur, Somalia, República Democrática del Congo, Centroáfrica etc.? Creo incluso que este tema está haciendo olvidar el drama de la humanidad en otros sitios de la tierra. No basta con conmoverse por una imagen. El mundo no es solamente lo que pasa a la televión, es mucho más grande.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Aylan Kurdi, el niño de la playa.

Muy pocas fotos han conseguido remover la consciencia del mundo como la del niño de la playa de Turkia. Se llama Aylan Kurdi y tenía 3 años. Viajaba con su hermano mayor de 5 años y su madres que murieron también con él al hundirse el barco que habían tomado. Queda solamente el padre sin nada a su alrededor. La familia intentaba alcanzar una tierra de paz, un lugar donde rehacer su vida, sentirse segura. Era su deseo legítimo igual que a cualquiera de los humanos de esta tierra. Cuando la violencia, el hambre y la miseria toca a la puerta, uno sale por la ventana a veces sin saber muy bien por dónde parará. Pues, para Aylan Kurdi, el final no fue lo esperado aunque él probablemente no supiera con ciencia cierta por qué viajaba en ese barco. Su final fue una parada dramática en la playa, boca abajo sin aliento. Aylan representa la inocencia, la fragilidad, la pequeñez. Es el simbolo mismo de lo que produce la barbarie humana que casi siempre lleva por delante a los más pobres. Los que no tienen adónde ir, los que están abandonados en medio de la tormenta, los que caminan sin rumbo. ¿Cuántos son en este mundo? Aylan representa a miles de niños que mueren en el olvido lejos de las cámaras, en la indeferencia de la parte de la humanidad opulenta. Son muchos los que sucumben bajo las bombas en Irak, Siria, Afganistan, Libia, Somalia, Nigeria, Sudán, República Democrática del Congo etc. Miles de ellos mueren en el llanto que no oye nadie, perdidos en el olvido del mundo. Cuando muere la inocencia, ¿qué queda de la humanidad? La imagen de Aylan habla más que miles de palabras. Habla de la magnitud de la catástrofe en la que unos han petido a otros; habla de las mafias que viven a costa de la vida de los demás; habla de la indiferencia de une gran parte de la humanidad. En este sentido, Aylan no ha conseguido su propósito pero alcanzó una meta rara vez superada: tocar la consciencia del mundo entero. Queda ver en qué quedamos después. ¿Los que iniciaron ese caos tendrán el valor de involucrarse para acabar con él? Porque como bien sabemos, la fievre se cura mejor atacando la infección.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Urwibutso, exemple d'un développement rural.



Je reviens du Rwanda après plusieurs années d'absence. J'ai pu visiter plusieurs coins du pays. Plusieurs initiatives de développement sont mises en marche dans beaucoup d'endroits. Cependant, l'entreprise Urwibutso de Nyirangarama dans le district de Rulindo a le plus attiré mon attention pour son originalité, la diversification de ses produits et l'intégration populaire dans ses activités.
Cette entreprise est née d'un enfant du coin qui s'appelle Sina Gérard vers les années 80. A cette époque, Nyirangarama était un petit centre dominé par les restaurants des hommes importants comme Damien Libakare et Claver Mvejuru. Tous les véhicules en direction de Ruhengeli - Gisenyi, s'arrêtaient pour y prendre le repas ou étancher la soif. C'est en ce moment là que Sina démarra sa créativité.
Il initia d'abord un petit commerce qui ne pouvait, en aucun cas, concurrencer les anciens de la place. La nuit, à la fermeture des grands restaurants, il vendait de petits articles de première nécessité et préparait l'omelette pour les voyageurs nocturnes. Personne ne faisait attention à l'évolution lente mais sure de ce garçon qui brillait pour son respect, sa propreté et la qualité de son service. Petit à petit, son nom commença à être connu. Il roulait à vélo.
Vers les années 90, Sina fit un saut qualitatif important. Il inventa urwibutso (souvenir). Au départ, Il s'agissait d'une sorte de petit beignet original made in Nyirangarama, recette introuvable ailleurs. Très vite, ce beignet atteignit une telle renommée qu'aucune voiture ne passait à cet endroit sans marquer un arrêt et faire la commande. Ce fut le début de la grande aventure Urwibutso, actuellement en vogue. Plus tard, appuyé certainement par Damien dont il épousa la fille, ce qui était un petit commerce des articles, se transforma graduellement en une chaîne de production de produits alimentaires qui fait de Nyirangarama aujourd'hui un lieu d'arrêt obligatoire et une référence obligée pour le développement rural.

                                                    Nyirangarama est devenu une petite ville moderne.
Comme partout ailleurs, le génocide de 94 arrêta momentanément la croissance de ce qui devenait déjà un commerce prometteur. L'entreprise ne put reprendre que deux ans plus tard, prenant définitivement le nom d'Urwibutso en souvenir des fameux beignets . Mais, cette fois-ci, il ne s'agissait plus seulement des beignets mais d'une usine en bonne et due forme de fabrication des jus concentrés de toute sorte de fruit et d'une variété d'autres produits du champs. Des recettes nouvelles toutes originales les unes que les autres firent apparition pour le bonheur des passants, de tout le pays et finalement pour le marché extérieur. Ce qui était un petit noyau devint vite une affaire de grande envergure. Aujourd'hui, on y trouve une usine de fabrication de agashya (jus concentré de maracuja) introuvable ailleurs au Rwanda, akabanga (piment liquide), akarusho (vin de banane), akandi (eau potable embouteillée), le vin rouge produit des raisins plantés sur les collines de Tare, des biscuits issus des patates douces, une gamme variée de pains et de beignets etc.


Certains produits ont dépassé les frontières du Rwanda et ont valu à son inventeur des trophées de grande importante pour leur qualité et leur originalité. Des organismes d'Allemagne, des Etats-unis, de l'Angleterre etc. ont décerné leurs coupes à l'entreprise. Les visiteurs de marque comme le président Paul Kagame, l'ancien premier ministre britannique Tony Blair y ont fait expressément leur visite.
Voulant valoriser l'agriculteur, Sina n'a rien laissé de côté. Son entreprise fait de l'élevage, un élément important du développement. A part la production des consommables, on trouve aussi développé l'élevage des porcs, des vaches, des chiens de garde, des lapins etc.
Cependant ce qui fait de cette entreprise quelque chose d'intéressant, c'est sa capacité à intégrer les habitants du lieu dans sa philosophie:  L'entreprise utilise au maximum de ses activités, plus de 300 travailleurs fixes et plus 300 ouvriers temporaires,  presque tous enfants du milieu. On y retrouve ceux qui ont fait des études universitaires et ceux qui n'ont pas eu l'opportunité d'étudier. Bien plus, l'entreprise achète tous les produits du champ que les habitants de la zone lui présentent. C'est une façon de les aider  à s'auto-prendre en charge. De fait, le niveau de vie de la zone a connu un essor visible grâce aux activités de l'entreprise.
Dans le cadre du développement durable à long terme, Sina Gérard a créé une école primaire et secondaire où étudient, presque gratuitement ou à moindres frais, tous les enfants du district de Rulindo qui ne trouvent nulle part ailleurs où aller. Actuellement, l'école compte plus de 800 élèves. Ceux qui rentrent tous les jours chez eux ne paient rien. Ceux qui y résident donnent une contribution pour leur prise-en-charge alimentaire. Cet élément est très important si on veut regarder loin dans l'avenir de la région. Au moment où l'enseignement coûte très cher au Rwanda, la création de cette école a été une aubaine pour les voisins de l'entreprise Urwibutso.


                                                                           Gaétan et Sina devant les élèves
En visitant les installations de cette entreprise et ses différentes activités, j'ai été sidéré par la quantité de travailleurs et la qualité du travail qui s'y fait. Plus particulièrement, j'étais frappé par le fait que l'entreprise est basé sur un principe d'équilibre moral et d'amour fraternel entre les ouvriers. De fait, chaque jeudi, tous les catholiques (y compris le patron et sa femme) sont priés de démarrer la journée par une heure de prière dans une des salles.
Bien évidemment, à la longue, il faudrait éviter que le travail professionnel ne se confonde avec les sentiments religieux! Par ailleurs, on pourrait conseiller au responsable de la société de mettre en place un système informatique solide, capable de synthétiser tout le travail fait pour la modernisation du business et sa durabilité. Une entreprise de si grande taille ne peut durer dans le temps et compétir valablement sur le marché national et international que s'il est géré par des outils modernes et du personnel intellectuellement compétent.

Nous disons merci à Sina Gérard pour ses initiatives et sa vision. Si on avait une vingtaine d'entreprises comme Urwibutso au Rwanda, je ne doute pas que les zones rurales atteindraient un niveau de développement harmonieux dans un temps record.
Gaétan